Perdiendo el cielo

Capítulo 23

Regreso a lado de Ángel que tiene cara de pocos amigos.

-¿Qué quería?

Dejo escapar aire girando la cabeza hacia él. Me debato en si preguntarle o no.

-Me reclamó por no prepararlo para la batalla con sus padres.

-¿Cuál batalla?

-Nuestros padres creían que aun éramos novios, ahora que les tuve que decir que terminamos, la bomba le explotó a él sin previo aviso.

-Era lo correcto, ¿no?

-Sí y no.

-¿Pero?

-Los beneficios de nuestra unión son grandes hablando de negocios, nuestros padres ya se estaban relamiendo los bigotes creyendo que nos casaríamos por el bien de nuestras familias.

-Pero ya tienen más que suficiente.

- Siempre, él que más tiene, más quiere, así es en mi mundo. - formo una línea con los labios -. No importa a quien tengan que sacrificar.

-¿Aunque sean sus hijos?

-No, menos tratándose de mi -hablo un poco bajo.

-¿Qué va a pasar ahora? ¿Regresaras... con él? -se entristece.

-No, si lo tuve que decir fue para poder estar contigo, aunque -me fijo en su mirada.

Tengo miedo de preguntarle, ya que sigo teniendo en la cabeza lo que he todos saben menos yo.

-¿Aunque qué?

-Aunque haya gente que no nos apoye.

Por la noche estando sola en mi cuarto, le envió un mensaje a Dan pidiéndole que venga, me parece muy excesiva su reacción ante la información que solté.

Después de eso busco el Instagram de Ángel, tardo un poco en encontrarlo ya que existen muchos "Ángel" famosos que son las primeras opciones que se muestran.

Cuando lo hayo, veo que, en su mayoría, son fotos de su restaurante junto a su madre, más abajo son ellos dos en otro restaurante, sé que es de ellos porque en los comentarios tienen felicitaciones, de sus pocos seguidores, por su apertura.

Me hace sospechar que solo está jugando a hacerse la victima conmigo, al seguir scroleando y ver que tienen otro restaurante en otra parte de la ciudad con comentarios parecidos, observo las fechas y son de hace cinco y tres años.

Me duele pensar en que tal vez Dan tiene razón porque no tiene ninguna foto con Ángela como me había dicho, yo debería estar pensando en los negocios y seguir con el plan que teníamos mi amigo y yo desde hace tres años en lugar de emocionarme con un niño que me mira como nadie.

No recibo respuesta al mensaje que le mande a Dan, dejo de indagar en la cuenta de Ángel, me duermo después de recibir un mensaje de buenas noches de mi novio. El corazón se acelera un poco pero no lo suficiente para dejarme tranquila.

Al día siguiente me encuentro con Ángel que se acerca a mí caminado con ritmo silbando una canción que no conozco y las manos metidas en las bolsas de la chamarra de peluche que me puso la noche que comenzó esto.

Sin dejar de silbar y de bailar camina hacia a mi con la enorme sonrisa infantil que lo caracteriza, en cuanto llega toma mi rostro con ambas manos dándome un beso apretado y largo.

-¿Por qué esa sonrisa?

-No se -alza los hombros por un segundo- ¿Nunca has sentido que puedes contra todos o contra lo que venga? ¿Cómo si fueras invencible? -mira el cielo como si lo acabara de descubrir -¿No te parece qué las nubes de hoy se ven más esponjosas?