Capítulo 24

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—Él señor que vivía con nosotras antes de este inútil, a ese me refiero —hago una pausa larga—. Soy adoptada — retengo aire para no llorar, dándole paso a un silencio incomodo que dura una eternidad.

—No te juzgare por algo así—me alienta a seguir.

—Una tarde llegué con Dan, no tenía mucho que habíamos empezado, desde antes de entrar por completo a la casa se escuchaban sus gritos, supe que estaban peleando por que ya se les había hecho costumbre.

<Nunca supe la razón, no me intereso preguntar después de lo que hicieron, pero creo que fue por una infidelidad por parte de mi madre con su ahora esposo —sigo esforzándome por retener las lágrimas —, al qué creí mi padre durante años ya tenía sus maletas preparadas, las sirvientas las estaban metiendo al auto.

Él me miró con una sonrisa malvada, fui su plato fuerte en la venganza contra mi madre porque ella odia perder.

"Qué bueno que llegaste", me dijo con fastidio, "Tu madre y yo nos separamos y lo que te voy a decir es por tu bien para que no te quedes esperando nada de mí" mi madre le ordenó en un grito que se callara, pero no intento más.

"Yo no soy tu padre biológico, ni ella es tu madre", la mire esperando a que lo negara, pero con lo que me encuentro es una mirada fría, sin remordimiento, ni una pizca de compasión, más bien se veía furiosa por no ser ella quien este dando la estocada final.

Me sentí como olvidada, dejada y obviamente traicionada, no sabía que decir, balbuce como tonta, por dentro solo esperaba que alguien me dijera que era una broma de mal gusto o que solo lo estaba diciendo para hacer enojar a mi madre.

Quien me defendió fue Dan, me abrazó, al menos no les di el gusto de verme llorar solo por eso, solo por él —rio con amargura.

Me compró a una muerta de hambre que necesitaba el dinero para comprar más droga. Me preguntaba qué pasaría si alguien más se enterara, pasaría de ser la hermosa Démoni a ser la recogida, me dio mucha pena ante Dan, pensé que luego de eso me dejaría de ver como lo hacía y se lo contaría a todos —vuelvo a jalar aire apara que se me pase el nudo de la garganta.

Refute diciendo que he visto las fotos de ella embarazada, fue un intento desesperado por rescatar mi propia imagen, pero no fue así, no importó nada de lo que inventara en mi cabeza, los demás me señalarán, yo me mirare al espejo sabiendo la verdad.

Durante un rato más se la paso dándome los detalles de cómo fingió el embarazo.

—¿Tu madre no podía tener hijos?

—Si puede, pero no quiso arruinar su hermoso cuerpo, por eso nadie estuvo en el hospital cuando se "alivio", buscó donde comprarme.

—¿Solo porque Dan te abrazó estás unida a él?

—Fue más que un abrazo, Dan se quedó conmigo luego de eso, no se lo dijo a nadie, prometimos que no lo hablaríamos con nadie.

—Agradezco la confianza, te prometo que yo tampoco lo diré. ¿Supongo que Dan te ayudó a superarlo?

—El me ayudo a sobrellevarlo, porque siento que aún no lo supero, no he vuelto a ver a mi madre como antes, la admiraba a pesar de que nunca fue maternal, creía que era por ser una mujer fuerte, ahora sé qué en realidad le estorbo.

—No creo que le estorbes, por algo te adoptó, ¿no? — intenta darme esperanzas.

—Me adoptó para no dejarle su fortuna a las beneficencias o a sus parientes, con los cuales esta peleada desde hace más de diez años, tampoco se las iba a dejar a sus empleados. No me quiere ni me querrá, solo es conveniencia suya, entendí por qué nunca me dijo un te quiero o alguna palabra de aliento o por que todos hablan mal de ella.

Perdiendo el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora