Soldado (Parte 2)

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ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS EXPLÍCITAS DE SEXO, POR FAVOR NO LEER SI NO LES GUSTA ESTE CONTENIDO.

Harry Styles

La anoche junto a Aria había sido la mejor de toda mi maldita vida. Si pudiera volver a repetir una y otra vez ese momento lo haría sin dudar.

Habíamos estado juntos de tantas maneras que en algún momento me pregunté si esas posiciones existían o solo eran inventadas en el calor del momento.

Y como siempre lo digo, soy un bastardo de mierda, porque sabía que Aria estaba adolorida por lo de anoche y aún así aquí estábamos, ella acostada sobre su espalda, con las piernas muy abiertas y yo entre ellas comiendo su dulzura entre sus piernas.

-Harry -jadeó sin aliento y sus piernas comenzaron a temblar. Sus manos estaban aferradas a mi cabello y gemi al sentir como tiraba de mi cuello cabelludo. Lami su hendidura un par de veces más tomando más de su crema y llevé mis labios a su clitoris para succionarlo con fuerza.

Gritó y rápidamente tapó su boca con sus manos y se corrió contra mí lengua. Solté un gemido por su sabor y bebí lo más que pude de ella. Cuando terminó de correrse su cuerpo temblaba suavemente y pasé mi lengua perezosamente por sus pliegues y por sus muslos limpiandola de su corrida.

-No creo que exista algo más delicioso -hablé contra su clitoris y se rio sin aliento.

Habíamos pasado toda la noche perdiendonos en el cuerpo del otro, pero aún así dormimos un poco. No me puedo quejar por mi forma de despertar, ya que al hacerlo me encontré con la hermosa vista de Aria lamiendo mi miembro, la vista era tan hermosa que solo puse mis manos detrás de mi cabeza y la vi atragantandose con ella.

Carajos, fue tan caliente que a los pocos minutos ya estaba por correrme, por lo me salí de su suave boca, la coloqué de rodillas y la folle por detrás duro hasta que nos corrimos con fuerza.

Hicimos tantas cosas sucias que hasta en algunos momentos me ponía a pensar que sí de verdad estaban pasando o todo era parte de mi retorcida imaginación.

Gracias a Dios, no lo eran, y todo fue tan real como el hecho de que ahora la tenía contra mi cuerpo.

Hace algunos minutos había comenzado a salir el sol y por fin pude verla completamente a la luz. Era aún más hermosa de lo que pensé. Su piel era tan pálida y tenía un puñado de pecas esparcidas por su pequeña nariz y sus pómulos.

Dejé suaves besos por su estómago y besé con suavidad sus labios hinchados.

-Ya amaneció -murmuró y vi el dolor en sus ojos. Trague saliva y asentí.

Me apoyé en mi brazo izquierdo en el suelo y con mi otra mano aparté un mechón de cabello de su cara.

-No quiero dejar esto -admitió.

-Yo tampoco, cariño. Ya nada volverá a ser como antes -dije suavemente y asintió. Acaricié con mi pulgar su mejilla derecha y un nudo se formó en mi garganta cuando una lagrima se deslizó por su mejilla. -Aria. -me lamenté y sequé su lagrima mientras apretaba mi mandíbula.

No quería dejarla ir. No podía.

-Lo siento -murmuró y tomó mi mano con la suya mientras cerraba los ojos y se acercaba aún más a mí toque.

-Quédate conmigo -solté entonces y abrió los ojos.

-¿Qué?

-Quédate conmigo -repetí -solo los dos. Te protegeré siempre, te daré todo lo que quieras.

-Harry... -habló sin saber que decir y pude ver la vacilación en sus hermosos ojos.

-Eligeme, Aria.

One Shots Hot [H.S] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora