One Shots Hot [H.S]

Soldado (Parte 1)

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS EXPLÍCITAS DE SEXO, POR FAVOR NO LEER SI NO LES GUSTA ESTE CONTENIDO.

Nota: No estoy tratando de pasar a llevar ninguna religión, solo se me ocurrió la idea y lo escribí :)

Harry Styles

Tomé mi espada y comencé a afilarla. Siempre la necesitaba en buen estado, nunca se sabe cuando los enemigos aparecerán y atacarán.

Como uno de los encargados de nuestro grupo de hombres, siempre tenía que tener lo ojos bien abiertos y estar atento de todo.

-Mierda, no vuelvo a beber. -se quejó Hanck, uno de mis hombre mientras se tiraba al suelo a mi lado.

Rodee los ojos y seguí afilando mi espada.

-Eso es para que no bebas tanto, les dije que había una misión hoy.

-Sabes que sigo funcionando.

-Sabes que no son los mismos reflejos -respondí y murmuró algo para luego apoyar su cabeza en un tronco.

Estábamos en el bosque esperando al otro jefe al mando, Peter. Hoy teníamos otra misión, pero no sabíamos que era, Peter se estaba encargando de todo.

En estos tiempos de guerra, todo era un caos, muchas personas morían cada día y siempre tratábamos de ayudar a nuestra gente que más lo necesitaba.

-Harry, ya tengo todo -llegó Peter y varios hombres venían con él.

-¿De qué se trata?

-Hablemos primero esto en privado, luego lo comunicaremos con los demás. -asentí y me levanté del suelo. Lo seguí hasta su tienda de acampar y me senté en un tronco que tenía dentro.

-¿Y bien? -pregunté y soltó un suspiro.

-Nos pidieron transportar a sacerdotisas.

-¿Qué?

-Al parecer el rey philip está acabando con todos los templos y llevándose a algunas mujeres para su harem. Solo vírgenes, las que no lo son las matan.

-Mierda.

-Sí, es un bastardo. Al parecer cruzando sus tierras, en las tierras del rey Jackson, están recibiendo personas y protegiendolas.

-¿El rey Jackson? ¿Su mujer no era antes sacerdotisa?

-Sí, por lo mismo las quiere proteger.

-Entonces hay que hacerlo, no dejaremos que mujeres inocentes pierdan la vida por ese bastardo.

-Hay que informar a los hombres. -asentí y lo acompañé afuera.

Luego de reunir a todos los hombres e informales nuestra nueva misión, todos comenzamos a levantar nuestro improvisado campamento y nos subimos a nuestros caballos para comenzar nuestro viaje.

(...)

-No sé qué haré con tantas mujeres hermosas -habló uno de nuestros hombres cuando llegamos a las grandes murallas del templo.

-No harás una mierda -gruñi -son mujeres de Dios, así que no empiecen con sus estupideces. Estamos aquí para ayudarlas, no para aprovecharnos.

Antes de que siquiera respondiera, un hombre vestido con túnicas blancas, y cabello y una larga barba a juego, bajó unas largas escaleras junto a una mujer, también vestida de blanco.

Nos bajamos de nuestros caballos, y luego de que dos de nuestros holbres tomarán las riendas de nuestros caballos, nos acercamos a ellos.

Inclinamos ligeramente la cabeza en señal de respeto y ellos nos imitaron.