One Shots Hot [H.S]

Amor Mafioso (Parte 1)

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS EXPLÍCITAS DE SEXO, POR FAVOR NO LEER SI NO LES GUSTA ESTE CONTENIDO.

Harry Styles

En mi mundo se debe hacer todo lo posible para tener más poder, queramos o no hacerlo, así que mi rostro se mantuvo sin ninguna emoción cuando Massimo me miró con incredulidad.

-No puedes estar hablando enserio. -dijo y se inclinó sobre mi escritorio.

-Estoy hablando muy enserio. -contesté tomando mi vaso con whiskey y bebiendo un trago.

-Podemos encontrar otra manera, casandote no conseguirás nada, solo un problema más.

-Creí que lo entenderías bien -lo miré con una ceja alzada -un matrimonio es lo mejor. Aza Hamad es un hombre que tiene mucho poder, ser aliados de la mafia de Ágrabah nos dará aún más poder.

-Ya somos poderosos, muy poderosos.

-Sí, pero ahora seremos invencibles.

-¿Y te atarás a un matrimonio por eso? -preguntó y rodee los ojos.

-Tú estás más preocupado que yo. -me miró con el ceño fruncido.

-Sí, porque eso puede resultar mal para nosotros. De cualquier manera, no creo que Hamad acepte esto. Solo tiene una hija, no te la dará.

Una sonrisa burlona apareció en mis labios y me miró con los ojos entrecerrados.

-Permiteme objetar en eso. Ya tuve una conversación de esto con él.

-¿Qué? por tu cara no te envió a la mierda con tus planes, ¿no? -Massimo era el único que me podía hablar así sin que le cortara la maldita lengua.

-No, así que prepara tus maletas y tu cobija, nos iremos a Ágrabah en dos horas.

(...)

-No confío en Hamad. -dijo Massimo cuando llegamos a las gran mansión. -y hace un calor de mierda aquí.

-Deja de quejarte tanto, maldita sea. -dije fastidiado. -no quiero que digas nada, aquí yo hablaré. Olvidas que soy el jefe.

-Y tú olvidas que soy tu amigo. Ésto tiene algo extraño, yo lo sé.

-Cállate -advertí cuando la camioneta se detuvo frente a unas escaleras y salí.

Mis hombres, que venían en otra camioneta, bajaron y un hombre con cara de pocos amigos nos miraba desde la cima de las escaleras.

Subí las escaleras con mis hombres detrás de mí y me encontré cara a cara con el tipo. Seguramente sería la mano derecha de Hamad.

-Soy Moad, el señor Hamad los está esperando. -dijo de manera cortante con un acento muy marcado.

-¿No me pedirán que me deshaga de mis armas? -pregunté con cautela.

-No es necesario, en el momento que haga un moviendo sospechoso una bala descansará en su cabeza.

-No veo a personas armadas. -dije tratando de contenerme por como me habló. Si no quisiera este trato ya le habría arrancado la maldita lengua de su boca insolente.

-No los ve, pero ahí están. -comenzó a caminar sin siquiera darnos otra mirada y lo seguimos.

Miré a Massimo y noté como se estaba controlando, en cuanto sus ojos se encontraron con los mío le di una mirada de advertencia.

Quizás esto no nos gustaba a ninguno, pero había que hacerlo.

La mansión por dentro gritaba dinero, definitivamente a Hamad le gustaba alardear de su poder, muchas de las figuras que habían en los muebles eran de oro, estaba seguro que incluso las grandes lámparas en forma de araña que colgaba en el alto techo lo eran también.