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- Alice ¿Puedes venir?- llamó mi mamá desde el piso de abajo. - ¡Voy!- respondí, bajé las escaleras. -¿Conoces a unos «𝘛𝘰𝘬𝘪𝘰 𝘏𝘰𝘴𝘵𝘢𝘭»? - ¿Qué no es «𝘛𝘰𝘬𝘪𝘰 𝘏𝘰𝘵𝘦𝘭»? - Ajá bueno, esos. - Sí los conozco ¿Por qué o qué? - Su manager me ha dicho que le pareció interesante tu voz- enunció.
-Ajá, ¿y luego? - Por lo que me dió a entender, está interesado en que conozcas a los chicos. -¿De verdad?- pregunté. Lo del show había pasado hace menos de veinticuatro horas, así que era algo apresurado a mi parecer.
- ¿Entonces qué le respondo?- mi madre sabía cual era la respuesta, solo se quería hacer la graciosa. - Pues tu que crees. Dile que si- indiqué. - Ya lo sabía- dijo con una sonrisa burlona- Deja le respondo- comenzó a escribir en su teléfono- Dice que en dos días nos vemos en el estudio. -¿Dos días?- cuestioné- Es muy poquito tiempo desde la presentación. - Lo sé, pero es una noticia muy buena para ti, ¿no es cierto?- asentí, estaba felíz por mi.
El tiempo pasó rápido, mis padres me acompañaron, era un trayecto de alrededor de unos cuarenta o cincuenta minutos, me la pasé pensando en qué demonios iba a hacer ahí. Tenía miles de preguntas, pero estaba entusiasmada. Llevaba unos shorts, una blusa holgada de Queen y unos Converse, de adorno llevaba unos guantes de cuero.
Al llegar al lugar indicado la desagradable sensación de mariposas en el estómago se hizo presente, odiaba eso. - Vas a estar bien- tranquilizó mi padre. No respondí y sólo intenté calmarme. Toqué la puerta, alguien abrió dejando ver a un señor de unos cuarenta y algo años, ya se le notaban algunas canas pero nada fuera de lo normal, a excepción de que tenía cara de odiar su vida.
- Tu debes ser la niña que cantó ayer- asentí- Pasen. Y ahí estaba el estudio, cientos de botones, micrófonos, equipos, discos. Quedé como boba viendo toda la instrumentaria del lugar. - En un momento llegan los chicos- indicó el señor. Mientras me sente en un sillón de piel bastante cómodo, movía nerviosamente mi pierna.
Al cabo de unos minutos los cuatro chicos salieron de una puerta. Con los nervios del mundo, me paré y fuí a saludarlos. - Nos volvemos a ver- dijo Bill con una sonrisa. Solté un ligero «𝘔𝘩𝘮», nos estrechamos la mano. También estreché su mano. Noté que Bill era más extrovertido que su hermano, no es que Tom fuera alguien introvertido, simplemente que Bill era más sociable por así decirlo.
Gustav y George se limitaron a saludarme de lejos con la mano. - Tomen asiento- dijo el manager- Primero que nada, agradezco que Alice haya aceptado venir- dijo-. Creo que ya habrás escuchado que estos talentosos chicos van a lanzar un álbum en inglés. Asentí. - En realidad esto fue idea de Bill, pero al final todos concordamos en que tu voz sonaría muy bien en conjunto con la de nuestro vocalista- dirigió su mirada hacia Bill. - Gracias pero... ¿Qué trata de decir con ese comentario exactamente?- cuestioné.
