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Una acogedora luz amarilla nos daba la bienvenida a la casa de los Kaulitz, a simple vista parecía ser espaciosa, con un piso gris, una sala en forma de "L" color blanco y un sillón individual, en aquel espacio también había un enorme televisor, en la mesita que sostenía la tele, habían cinco controles, para jugar videojuegos.
Al fondo, una amplia cocina, los Kaulitz nunca iban a pasar hambre si vivían en aquella casa, Georg y Gustav fueron directo a vaciar la alacena, les dije que me guardaran unas gomitas. Toda la casa completamente limpia, como si la familia no hubiera estado ausente en su hogar durante meses.

- Y no has visto la mejor parte- dijo Tom.
Los dos chicos subieron en estampida. Los seguí.

Al subir las escaleras, cuatro puertas de color madera te recibían, todas estaban cerradas.
- Ese es el cuarto de nuestros padres- dijo Bill, señaló la puerta que estaba frente a nosotros- Un baño- señaló la otra puerta- el cuarto de Tom- señaló la puerta del costado izquierdo- Y la mejor, la mía- y señaló la última puerta, que quedaba del lado derecho.

Sentí una brisa pasar junto a mi, era Tom, quien abrió la puerta de su habitación y se tumbó en la cama.
- Que comodidad- dijo contra el colchón.
- Ya si quieres besa el colchón- lo peor es que me hizo caso. Reí.

Me pasé a echar un vistazo al cuarto de Tom. La habitación gritaba "Tom Kaulitz habita aquí". Habían posters de chicas pegadas en las paredes blancas, la mayoría de posters se los llevaba la modelo Heidi Klum, una colcha roja, gorras sobre cualquier mueble, tres guitarras de diferentes colores acomodadas frente a un closet café, y unas revistas sobre el cuerpo humano, específicamente de chicas... dejémoslo así.

- ¿Cómo las consigues?- pregunté respecto a la revista que tenía en mis manos.
- ¿Para qué quieres saber?- cuestionó Tom divertido.
- Para distraerme un rato- respondí bromeando, dejé la revista en su mesita de noche.
- Alice, ¿cómo así?- me miró asustando, a modo de juego- En realidad, un amigo mío luego me las regala.

Me reí.

- Oh si, Andreas siempre nos ayuda con todo eso- dijo Bill recargado en la puerta de la habitación.
- ¿Quién?
- Andreas, es nuestro mejor amigo- explicó Bill.
- No jodan que hasta eso comparten.
- Sí, también nuestro primer beso, novias, amigas- confesó Tom.

No pues. 𝘞𝘰𝘸.

- Ven, vamos a mi habitación- dijo Bill, caminé junto a el.
- Mantengan la puerta abierta- vociferó el de rastas. Bill le sacó el dedo de en medio.

A veces me costaba creer que los Kaulitz eran gemelos, sus estilos no eran nada similares.
La habitación era del mismo tamaño que la de Tom, lo único que las diferenciaba era su decoración.
Sobre la mesita de noche blanca había una fotografía de los gemelos, Bill rodeando los hombros de su hermano con su brazo. Me pareció bastante tierno.

𝖩𝗎𝗌𝗍 𝗆𝖾 𝖺𝗇𝖽 𝗒𝗈𝗎 || 𝖡𝗂𝗅𝗅 𝖪𝖺𝗎𝗅𝗂𝗍𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora