"Estoy en el hospital"

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Mara

Tras una semana de no comer ni beber nada.

Me encuentro en el hospital, o la clínica. No lo sé con certeza.

Me encontraba cocinándole a simón, esa tortura de tener la comida frente de mí y no poder comer nada. Me llevó a desmayarme. Y bueno, así llegué aquí.

Mi idea era estar acostada durmiendo para no pensar en la comida.

Pero simón hizo todo difícil.

Por ahora el suero es lo único que ha entrado en mi cuerpo. Ya que hace una hora la enfermera me prometió traerme algo de comida. Pero para mi mala suerte aún no vuelve.

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—Permiso—mi salvación llega.—esto es lo único que puede comer, no es recomendable que se alimente de cosas grasas.

Me entrega un plato de comida de dudosa procedencia, y de postre gelatina.

—Muchas gracias—agradezco.

No me gusta lo que hay, pero tengo que comer, eso me dará fuerza para escapar de simón.

Cuando ella sale me devoro todo como si no hubiese un mañana. Me demoro aproximadamente diez minutos en devorar todo lo que me dieron.
No fue mucha comida, pero intente disfrutar un poco la comida aunque no me gustase.

Ya estando lista.

Me levanto y me visto para echarme a correr, salgo de la habitación rápidamente, aprovechando que estoy sola.

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Siento la adrenalina correr por mi cuerpo. El miedo también es parte de mí en este instante.

Lo poco que comí me dio algo de fuerzas para levantarme de ahí y correr.

Gracias a la enfermera pude salir del hospital como cualquier otra persona. Me cambié mi ropa de enferma y corrí lo más rápido que pude. Agradecí que Simón tubo que salir. Eso me facilito mucho más las cosas.

Obviamente, dejó a uno de sus guardias aca, pero me encargué de ellos pidiéndole algo de comer de un lugar en específico. Le pedí comida de un lugar que se demora más o menos una hora en llegar. Por lo que quede desprotegida para mi suerte.

Mis pies duelen de tanto correr, sé que prácticamente no he corrido mucho, pero en estas circunstancias hasta caminar me duele. No puedo parar. Porque si lo hago no saldré de esta.

No miro atrás.

No me permito mirar hacia atrás porque perdería un segundo, un segundo que puedo ocupar para escapar.

Una piedra me hace caer.

La puta piedra me deja en el suelo. Mis piernas no quieren no aguantan más.

Al intentar pararme vuelvo a caer. Y esta vez no por el cansancio.

No.

Esta ves es por miedo.

Porque me acaban de encontrar.

Unos zapatos invaden mi visión, esos zapatos lujosos los reconozco.

Me encontraron.

—¿Escapando querida?—su voz me hace querer dormir y no despertar.

Mi querido accidente(NUEVA VERSIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora