"No corté la llamada"

957 55 7
                                    

Max.

Al mes después

El tiempo pasa y pasa, y extraño a Mara en casa, joder la extraño como nunca, pero sé que para ella es mejor.

Le compré una moto, sé que a ella la encantaba, la moto llegará en unos días, sospecho que justo para su cumpleaños.

La ayudé a mudarse, y ella quedó fascinada.

Me encanta verla feliz.

Le compraría millones de casas si eso la hace feliz.

Joder.

Me encanta verla bien.

Hoy vino el abogado que lleva el caso de mi hijo, hablar de ese tema con él fue realmente agotador, me gasta demasiada energía este tema. Pero es algo a lo que tengo que darle tiempo. No puedo dejar que la muerte de mi hijo quede impune.

Han retrasado cada vez más el juicio de Sonia. Esa maldita se está saliendo con la suya, por ahora.

He estado tentado en contactar a Adam para que acabe con ella, como lo hizo con su hermano, pero luego lo pienso mejor, y sé que la muerte será un regalo para ella.

No puedo permitir eso.

(...)

Un sonido me despierta.

Es mi celular.

Lo tomo rápidamente y contesto. Es Mara.

—Hola Mara, ¿estás bien?—Pregunto preocupado.

—Sí... es solo que quería hablar con alguien—Suspira.—¿Cómo estás?

Suspiro de alivio.

—Bien.—Agrego.—Háblame cariño me relaja oír tu voz.

Me gusta oírla hablar. Me gusta que se abra conmigo.

Ella suelta un leve sonido, que sonó como un gemido, cosa que activa mi cuerpo.

—Aún me duele el cuerpo, pero nada que no pueda aguantar.—Añade.—Me siento bien al poder tener a alguien con quien hablar, sin importar la hora, muchas gracias Max.

—Háblame más cariño, siempre estaré para escucharte.—Agrego y me pongo la mano en la polla.

La culpabilidad me invade, pero no puedo parar, me encanta su voz, me calienta demasido.

Su voz me causas cosas inimaginables, me hace tener millones de fantasías.

Ella sigue hablando por mucho tiempo que disfruto.

Se me escapa un gemido cuando me la imagino con lencería blanca.

—Y bien, muchas gracias por escucharme, que duermas bien...

—Adiós cariño.

Se termina la llamada y lanzo el teléfono a un lado de la cama.

Ocupo mis manos para satisfacerme.

Mi polla palpita.

Joder.

—Mara... Oh querida pronto, muy pronto te pondré a saltar en mi polla.—muevo mi mano con fuerza.

Cierro los ojos y la imagen de Mara brincando sobre mi polla me vuelve loco. Estoy vuelto loco, hace mucho que no follo con nadie.

—Mara... me voy a venir—Me quejo, joder estoy casi.

—Mara—Gruño.—Me tienes muy duro... quiero follarme ese coño.

Digo como si me estuviera escuchando. De mí salen sonidos irreconocibles.

La quiero aquí, ahora. Chupándome, mordiéndome, saltando sobre mí.

—A-ah cariño de imaginarme tu coño mi boca babea, y mi polla salpica—Susurro desesperado por la liberación.

—¿Max?—Escucho la voz de Mara.

Joder...

No corté la llamada.

Eso me basta para venirme con fuerza.

Me ha escuchado.

Mierda.

Mi polla deja de chorrear.

La adrenalina el miedo y la vergüenza me hacen ruborizarme.

Me lanzo hacia el teléfono y veo que aún estoy en llamada.

No me atrevo a decir nada y cuelgo.

Que jodida vergüenza.

Acabo de correrme por imaginarme a mi exalumna montándome, y ella me ha escuchado.

Me debe estár odiando.

Joder. No se como la miraré a los ojos después de esto.

Mi querido accidente(NUEVA VERSIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora