—Es un sueño curioso.Escucho a Morfeo, un escalofrío me recorre el cuerpo entero y me cruzo de brazos recargando todo mi peso contra la corteza del árbol.
—Me sentia nostalgica.
Lo cual era cierto en medida, la breve charla con mi madre me había dejado pensando mas de lo que quisiera admitir y este era uno de mis sueños mas recurrentes desde que se restableció la Ensoñación, volvía a no un sueño, sino un recuerdo, de cuando vivía con mi familia, antes de conocer a Morfeo.
La vieja cabaña de paja estaba delante de mi con las luces de las velas encendidas, podia verme jugando con mis hermanas mientras mi madre cocinaba en el fogón.
Aun en la intemperie se escuchan nuestros chillidos eufóricos y carcajadas.
Nuestra cabaña estaba bastante apartada de la aldea, nuestro aquelarre vivía apartado, fuera de la cabaña se encontraban los calderos y los restos de las fogatas de la celebración de equinoccio de primavera.
Las demás cabañas del resto de nuestro aquelarre se encontraban mas profundamente en el bosque, la nuestra era la mas vulnerable al encontrarse en medio de un claro, aunque claramente nunca lo vimos como una desventaja cuando estábamos vivas.
Ahora veo todo lo que hicimos mal, todo lo que no consideramos como una amenaza.
Mi madre tenia el cabello hecho en un moño negro y ajustado, con las marcas de su pacto envueltas en sus manos con cicatrices, en el infierno no las había visto.
Y las mias habian desaparecido cuando volví.
—Debió ser difícil, ver a tu madre en el infierno—musita Morfeo parándose junto a mi con los ojos fijos en la cabaña que únicamente conoció en llamas.
—¿Solo eso? No, estoy increíble—comento sarcástica.
El se gira hacia mi olvidándose de la escena recreada de mi subconsciente.
—Necesito tu ayuda nuevamente Alya.
Suelto un resoplido apartándome de el.
Mis pasos se alejan de el, giro sobre mis pazos adentrándome en el bosque.
Pero escucho como Morfeo me sigue de cerca, detrás de mi.
—¿Porque no me sorprende?
—Dijiste que si quería tu ayuda debía venir directamente a pedírtela.
Me giro hacia el dedicándole una mirada irónica.
—¿Y yo debo seguirte? ¿Como un perro?
El frunce el ceño y cierra los ojos un breve momento antes de volver a abrirlos.
—No eres un...tu no eres nada de eso.
Niego con la cabeza acercándome a el.
—No y tampoco soy tu propiedad, puedo elegir ayudarte, no te pertenezco ni a ti, ni a Muerte o a ¡ninguno de tu familia!—grito pero el ni siquiera se inmuta, su rostro impasible permanece tranquilo, unicamente se inclina hacia mi con sus ojos entrecerrados y asiente.
—Eso lo se.
—Entonces vete—le suelto.
Su ceño que se había tornado sereno se vuelve a fruncir.
—Alya.
—Vete.
El abre la boca para replicar pero parece pensarlo mejor porque la cierra y su ceño se vuelve sereno, volviendo a adquirir esa gesto apacible, tranquilo.
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¿Forever? | The Sandman |
Fiksi Penggemar¿El Dios del Sueño podría amar a alguien eternamente? • Alya una bruja cuyo aquelarre realizó un juramento al rey del infierno. Obligada a ser servidora del Heraldo de Luz, hasta que su aquelarre arde en llamas y un Eterno, un ser mucho más antiguo...