Capítulo 24: "Lecciones y elecciones"

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CAPÍTULO 24

"Lecciones y elecciones"


Blaine lo miró preocupado al darse cuenta de que se había perdido en sus pensamientos mientras lloraba, y respiró profundamente sin estar seguro de cómo actuar porque sabía que desde hacía un tiempo Kurt no lo quería cerca cuando se ponía mal, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras lo único que deseaba era ayudarlo a sentirse mejor.

Con una segunda respiración lenta y profunda, se aproximó despacio y abrió los brazos esperando que su esposo diera el siguiente paso.

Kurt reaccionó al movimiento y terminó de eliminar la distancia, tomándolo con brío de la camisa a pesar de que sus manos temblaban. Entonces Blaine lo abrazó lo mejor que pudo porque su cuerpo se sentía frágil y agotado entre sus brazos.

No quería decir ninguna cosa incorrecta que pudiera afectarlo más o desencadenar una situación parecida a la de la noche anterior, pero quería reconfortarlo de algún modo.

De todo lo que le había escuchado decir, dos palabras taladraron de pronto su interior "tengo miedo". Y como si se tratara de una película, su cerebro rebobinó a una velocidad impresionante lo ocurrido minutos atrás.

"A veces siento miedo, un miedo tan irracional que me paraliza, y no dejo de imaginar situaciones terribles en las que todo va a terminar mal. Trato de controlar esos pensamientos, pero no lo consigo y eso me llena de más estrés, de más aprensión y... es horrible".

—Estás a salvo, amor —susurró arrastrando los dedos suavemente a lo largo de su espalda—. Sé que no es fácil por lo que estás pasando ni lo que estás sintiendo, pero te aseguro que estás a salvo y que todo va a estar bien.

Al escuchar esas palabras, Kurt se tensó y no tardó en intentar apartarlo empujándolo ligeramente, pero luego sus brazos cedieron y se dejó caer como si confiara en que no lo soltaría, y fue en ese momento en el que se dio cuenta de que estaba llorando a todo pulmón por lo abrumado y triste que se sentía debido a la situación que enfrentaba.

—No te quiero perder —gimoteó contra el pecho de su esposo, sin estar seguro de si este lo había escuchado—, pero no soy bueno para ti.

Su llanto se tornó aún más fuerte, al punto de que le costaba respirar, sin embargo, no podía detenerse. Sabía que hacía lo correcto, Blaine merecía ser feliz, tener una vida tranquila llena del amor y la atención que él no le podía dar en esos momentos.

Tal vez si se esforzara mucho para estar bien entonces... No, no, debía de dejar de buscar excusas. Tenía que romper esa cadena y liberarlo.

—A-así co-como c-cuando... te... f-fuis-te pa-para pro-tejer-nos —tartamudeó con la respiración acelerada— yo... yo...

—Kurt, por favor, cálmate. Inhala despacio.

—No p-pue...do... no...

—Sí puedes, amor. Respira conmigo. Ven, vamos a sentarnos.

—Tú... tú...

—Ahora no. Sólo concéntrate en respirar y calmar tu mente —lo ayudó a acomodarse en el mueble.

—No... no...

—Enseguida regreso.

—¿Q-q-qué?

—Te prometo que no me tardo —se levantó y se fue corriendo.

El pecho de Kurt subía y bajaba con fuerza, su corazón latía demasiado rápido provocando que se asustara más con cada segundo que transcurría, lo cual sólo volvía más errática su respiración.

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