CAPÍTULO 12:
"Tropiezos y disputas"
Blaine se encontraba terminando de limpiar y reacomodar las cosas en el enorme walk in closet, no porque hubiera estado desordenado sino por la necesidad de distraerse al quedarse solo en la casa durante tantas horas.
Cansado se sentó un instante en el suelo y cerró los ojos. Deseaba que las cosas volvieran a ser como antes porque aquella sensación de que algo le faltaba, todavía estaba presente, y eso sumado a lo poco que dormía y los constantes dolores de cabeza, provocaba que ni su humor ni sus ánimos fueran siempre buenos, aunque trataba de disimular delante de su familia ya que esta no tenía la culpa de lo que le pasaba.
Cuando tomó la decisión de volver a casa, estuvo consciente en todo momento de que debía dar lo mejor de sí a su esposo y a su hija, no sólo por lo mucho que los amaba o cuánto lo merecieran, sino también porque ya los había hecho padecer lo suficiente con su repentina ausencia, y para ello debía ser el Blaine de antes, pero sin importar cuánto se esforzara sentía que fallaba constantemente, y eso lo desmoralizaba.
Intentando alejar los pensamientos que volvían a aparecer con el fin de atormentarlo, giró poniéndose de rodillas para continuar con su labor y observó los cajones que tenía frente a él, los cuales había dejado para el final porque en estos su pareja guardaba diferentes objetos a los que llamaba "sus tesoros", y no estaba seguro de si debía revisarlos, aunque el mismo Kurt le hubiera mostrado algunos de ellos tiempo atrás, cuando aún los tenía almacenados en cajas de cartón.
Con un suspiro decidió abrir el primero y se puso de pie. Los envoltorios transparentes llamaron su atención ya que en ellos estaba guardada la ropa de Steph de cuando era una bebé. No eran muchas prendas, pero no había duda de que habían sido envueltas con cuidado y amor para preservarlas, así que de la misma forma tomó el primer paquete para limpiarlo despacio y luego colocarlo a un costado.
Realizó la misma labor con cada pieza hasta que vio un mameluco sin piernas que era de color rosa, y no pudo resistir sacarlo para revisarlo lentamente. Cada pequeño detalle era hermoso y la frase "soy el regalo de mamá y papá" lo hizo sonreír, llevándolo a trazar sus dedos repetidamente sobre las letras antes de guardarlo.
Al tomar otro paquete y ver el enterizo gris con estrellitas de colores, su gesto cambió por completo y memorias que creyó olvidadas se presentaron inesperadas.
—¿Qué haces, cariño? —preguntó Connor al entrar en la habitación y encontrar a su esposo rodeado de bolsas y cajas en la cama.
—Guardando las cosas que le compré a Ashton —sacó de una de ellas un enterizo gris con estrellitas amarillas y blancas—. Mira esto, ¿no es acaso lo más hermoso que has visto?
—Lo es —sonrió—. Los detalles son divinos. Siempre he pensado que debe ser complicado diseñar ropa para bebés, pero quienes lo hacen tienen un don.
—Estoy de acuerdo... Mira el de acá —sacó un traje azul con un barquito bordado en una esquina del pecho.
—Es lindo, pero, ¿no está muy grande?
—Sí, ya sé. Es para un bebé de ocho a nueve meses, sin embargo, no pude resistirme. En cuanto lo vi me quedé fascinado.
—Noté que hace unos días compraste unos zapatos grandes y varios juguetes.
—No puedo evitar emocionarme al ver algo hermoso y de inmediato imaginar a Ashton usándolo en el futuro —sonrió—. El tiempo pasa tan rápido que antes de que nos demos cuenta todo le quedará pequeño.
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Keep Going Strong
RomanceDebido a la incapacidad de su esposo, Kurt se verá obligado a tomar el control de los negocios y la familia mientras intenta ayudarlo a recuperarse, teniendo que enfrentarse a situaciones adversas. Un pasado que regresa, un secreto celosamente guard...