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Me desperté al día siguiente en mi cama bastante alterado y mis primeras palabras fueron – Cornelia – Por detrás mío alguien colocó su varita en mi cuello. Al fijarme vi que se trataba de Grindelwald.
– ¿Vas a obligarme a noquearte nuevamente?
– No...
– Bien – Dejé de estar bajo amenaza – Acuéstate.
Obedecí sin rechistar – ¿Por qué te quedaste?
– Porque seguramente ibas a despertar con muchas preguntas, que por cierto se encuentra estable pero está en coma– Sentí un gran alivio al escuchar esa victoria a medias – Además tu cama es bastante amplia y pensé que te vendría bien algo de compañía – Comenzó a juguetear un poco con mis cabellos.
– Pensé que después de lo de ayer, me tendrías miedo
– ¿Miedo? ¿A ti? Déjate de tonterías. Me he visto las caras con mi abuelo, él sí que me ponía los pelos de gallina.
Hubo un momento de silencio – Te pido que me...
No dejo que terminará la oración – Tienes que cambiarte o te perderás el desayuno, tienes que hacer acto de presencia para los chismosos – Pegó un brinco para salir de la cama. Hasta entonces me di cuenta que había dejado marcas visibles en su cuello por mi arranque de ira, nuevamente quería hablar pero se adelantó – McGonagall te estará esperando después de clases en su despacho, va a tener una plática contigo. Más te vale llegar temprano – Me guiño y se desapareció como humo.
Dejé salir un gran suspiro y me levanté. Me encontré con mi cuarto hecho un desastre por la rabia que dejé salir ayer – Lo recogeré después – Un maullido que fue producido por Belvoix llamó mi atención – Pobrecito, olvidé por completo sacarte de tu jaula – Lo liberé de su prisión y lo cargué en brazos – Vas a tener que disculpar a tu padre, la noche de ayer fue muy larga... – Le acaricié un poco y después lo dejé para comenzar a cambiarme.
Una vez listo salí de la habitación con la bola de pelos en un lado. Como me hubiera encantado utilizar el truco de Grindelwald para evitar las miradas recibidas por los pasillos, pero lastimosamente yo no tenía ese privilegio. En algún punto de mi trayecto Belvoix se separó de mí, entonces caminé con mi soledad al Gran Comedor. Mi mala fortuna eran tan grande que no encontré a ni una sola de mis amistades ya conocidas – Yo me largo – Esas eran mis intenciones cuando de pronto alguien me habló.
– Lestrange, por aquí – Me habló una chica de lentes grandes y redondos muy emocionada, inclusive parecía feliz. De hecho su rostro me parecía familiar.
– Veamos que me depara el destino – Como me tenía un lugar separado entre ella y otra chica, allí mismo tomé lugar. Mi gran sorpresa fue cuando la castaña me tomó gentilmente de la mandíbula y me dio un beso.
– Buenos días, Lestrange. Ya me encargué de separar la cebolla de tu comida – Me ofreció un plato cuyo contenido era desconocido para mí pero tenía un aroma delicioso – Jess te tiene una bebida especial.
– Aquí tienes, es un capuchino con leche deslactosada y ¼ de alcohol. Está vez te quisimos sorprender con una marca que conseguimos en nuestro viaje por Habsburgo.
Me habían abordado con muchas acciones y comentarios en pocos segundos así que ya se podrán imaginar mi cara de confusión, sin embargo tenía que disimular – Ballard y Potter, que consideradas son – La que me saludó era nada más y nada menos que la hermana menor de Harry Potter, su nombre es Jessabeth. Por el otro lado tenemos a la castaña que me sorprendió con un beso, Arantza Ballard, era parte de los Sagrados 32. Si, lo que leíste, agregué cuatros apellidos a lista. Estos están distribuidos entre los 16 a 14 años de edad. Había otras 2 chicas al frente mío pero cada una estaba muy enfocada en sus cosas...
– Si, Deimos Black es el nuevo interés amoroso de Karo – Me susurró Potter, no pude evitar dar un vistazo a la escena que tenía en mi cara pero era imposible evitarlo, literalmente se estaban comiendo la boca.
– ¿Y qué hay de ella? – Pregunté señalando a la otra chica que se veía desanimada jugando con su comida.
– Dani tuvo una pelea con su hermano durante el verano y no han podido reconciliarse.
– Cedric nunca me había gritado de esa forma – Se le partió la voz.
Él escuchar su nombre me puso la piel de gallina – ¿Por qué se dio la pelea? – Le di el primer bocado a mi comida, era exquisita, se sentía él cariño realizado por los elfos a diferencia de los platillos ofrecidos en la Mansión Malfoy.
– Se enteró que me enviaba cartas con uno de sus amigos.
Aunque no es culpa de Dani, al fin y al cabo, Harco fue quién empezó el cortejo.
– Si pero eso es algo que no entiende – Hizo su plato a un lado y otra vez estampó su cabeza contra la mesa ocultándola entre sus brazos, como si quisiera irse a dormir sentada pero en vez de eso escuchábamos como sollozaba. Potter comenzó a darle cariñitos en la cabeza.
La chica Riddle por fin dejó descansar los labios del pobre Deimos – Escúchame bien, Diggory – Sacó un labial rojo.
– ¿Acaso se viene un discurso inspirador proporcionado por la señorita Karoline Constance Riddle? – Bromeó un poco Arantza.
– Sí, recomiendo que ustedes dos también pongan atención – Señalo a la castaña y a mí.
– Veamos que tienes para ofrecer – Le di un PEQUEÑO sorbo al café especial que habían elaborado para mí. Sentí que en ese momento podía derribar a un elefante.
– ¿Yo? Mucho – Se acomodó los senos y guiño un ojo.
Extrañado abracé a lo que se podría decirse que era mi interés amoroso, que por cierto ella estaba aventando humo por la cabeza – Estoy bien – Por otro lado, el chido tímido de Hufflepuff conocido como Deimos Black parecía que quería decir algo.
– Como sea... – Tomó la cabeza de Daniela, la elevó y pudimos admirar a una chica con los ojos rojos – Eres una Slytherin, tiene que empezar a tomar el rumbo de tu vida, más si se trata del ámbito amoroso – Comenzó a pintar los labios de la chillona – ¿Quieres algo? ¡Ve y tómalo! – Le dio unas cariñosas cachetadas – Quedaste preciosa – Exclamó antes de darle un golpe con ambas mano a la mesa y levantarse – Tengo que irme. Adiós, perras – Nos levantó ambos dedos de en medio y antes de irse, arrojó el labial hacía Diggory.
Ella lo atrapó en un movimiento veloz. Todos nos quedamos sorprendidos por lo que acabábamos de presenciar – Que buenos reflejos – Mencionó Potter.
Sin que pudiera hacer algo me arrebató el café de la mano – Así lo haré, Riddle – Le dio un trago bastante largo y me lo regresó. Se había tomado casi la mitad del vaso.
– ¿Te sientes bien? – Pregunté desasosegado, no me respondió y se marchó – ¿Debería de preocuparme?
Potter se acomodó las gafas y comenzó a explicar – No, acaba de tener un momento de inspiración y determinación, suele tenerlos de vez en cuando.
Alguien que se colocó de pie a mis espaldas llamó mi atención al entrar en mi campo de visión, se le veía seria, intranquila y no paraba de mover las manos – Hermano... – Me paralicé.
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Escamas de Serpiente
FantasíaEn este fanfic de Harry Potter encontrarán el drama que viví siendo un Lestrange. Esto lo logré a través del proceso de shifting que me llevó voluntariamente a otra realidad. Aquí encontrarán fantasía, drama, amor con algunos corazones rotos en el...