CAPÍTULO 10 PERDÓNAME

1.1K 212 19
                                    

César.
Por fin todo terminó. La llevo a nuestra habitación, la ayudo a desvestirse y a meterse en la cama, luego me siento a su lado sobre la cama.

No pienso regresar, aun cuando es mi fiesta, en mi casa y por mi cumpleaños, ellos saben que no volveré, se los había advertido, mis empleadas sabían a lo que venían, con anterioridad les expliqué, la condición de mi esposa y lo que ella creía, cabe mencionar que ellas, todas, son de mi entera confianza, tanta que esto, que es tan delicado y tan personal, lo puedo tratar con ellas, así que, por supuesto que saben lo que hay alrededor de mi preciosa esposa, de su carácter retraído y distante.

Y esto no es nuevo, casi desde el primer momento en el que la conocí, supe que era especial, de ninguna manera era como las demás, le comenté a mi médico de confianza y él la evaluó, resulta que posee cierto grado de autismo. Las circunstancias que le han tocado vivir y todo por lo que padeció, la han hecho ser fuerte y salir adelante sola, pero una vez que su vida se estabilizó, fue que se notó más su condición.

A mí no me importa, la amo tal y como es, jamás la dejaría y menos la engañaría, ¿por qué hacerlo? Si con ella tengo todo lo que deseo, ella me llena por completo y no hay nadie más con quien yo quisiera estar ni otro lugar donde deseara pasar mi vida.

_ Perdóname. - me dice llorosa. - he sido tan tonta.

_ No lo has, sido. - la abrazo. _ solo amas demasiado.

_ Te prometo que no volveré a dudar de ti. - se incorpora, quedando sentada. _ te recompensaré. - dice con desesperación. _ me esforzaré, ya no dejaré que vayas solo a esos eventos, iré a tu oficina, conoceré a tus amigos.

_ Tranquila... tranquila. - la detengo. _ no tienes que prometer nada. - tomo su rostro entre mis manos. _ no va a ser necesario.

_ ¡Me vas a dejar! - baja su mirada, sus ojos se han entristecido.

_ ¡No amor! - la miró de frente. _ no te voy a dejar y no tienes que cambiar nada, no quiero que lo hagas, seré yo, quien deje de ir a esos eventos, acudiré solo a los que de verdad no pueda faltar y no quiero que vayas a mi oficina, a menos de que vayamos juntos y regresemos juntos y además que permanezcas a mi lado siempre que estés ahí, y lo de salir a algún lugar público, se hará solo si tú quieres o te sientes cómoda.

_ No puedes hacer eso. - me dice llorando. _ no puedes perder tu vida por mí.

_ Mi vida está a tu lado. - digo, y soy sincero. Sin ella nada tiene sentido, ya nada me atrae tanto, como estar juntos, compartiendo, hablando, riendo, discutiendo, intentando terminar uno de los muchos rompecabezas, que ella o yo tenemos, o simplemente observándola en su silencio, ensimismada en su mundo, esperando a que salga para dedicarme el tiempo que quiera dedicarme a mi, cierto que últimamente las cosas, se habían salido de control, se habían vuelto tan tensas y tan difíciles para ambos, pero hoy todo ha sido aclarado, ella no se va, ni yo la dejo, lo que tengamos que hacer, lo haremos juntos, no pierdo nada, porque como dije antes, lo que disfrutaba, ya no tiene sentido si no es con ella ¿y mis amigos? Los que son de verdad, me entenderán y se adaptarán a mis tiempos y mis necesidades, los que no, sé que se alejarán, pero no me importa, porque me quedo con quienes valen la pena

Se ha aferrado a mí y llora, yo solo la abrazo.

_ Todo estará bien. - acaricio su sedoso cabello. _ lo superaremos.

_ Temo tanto, que te canses de mí. - me abraza con fuerza, como si me fuera a escapar de su lado.

_ Jamás me cansaría de ti. - la aparto con delicadeza para poder mirarla a los ojos y se dé cuenta, de que soy sincero. _ cuando nos casamos hice una promesa y pienso cumplirla hasta el final de mis días.

_ ¿Y si te cansas? - insiste.

_ Jamás me cansaré de ti. - tomé su rostro entre mis manos. _ y aún si te pones difícil y paranoica. - sonreí. _ lo solucionaré, te lo prometo.

Por fin le saqué una ligera sonrisa. Sé que se siente apenada, pero yo estoy feliz de que esto por fin haya terminado, y si vuelve a suceder, volvería a idear la forma de que vea su error sin que salga tan lastimada, yo la quiero, y la quiero de verdad y no miento cuando digo que permaneceré a su lado hasta el final.

Por supuesto eso no se puede saber, no sé cuánto tiempo viviré, pero lo que si sé, es que, si yo me voy primero que ella, ya me encargué de dejarla bien protegida, lo hice de varias formas, por si una falla, y créanme, nunca volverá a pasar dificultades, no por falta de recursos, aunque también me he encargado de nombrar a varias personas de toda mi confianza y que sé que sin lugar a duda van a velar por ella y sus intereses.

_ Te amo. _ esconde su rostro en mi pecho. _ siempre te amaré. - susurra.

La abrazo con fuerza, jamás pensé estar tan perdido por alguien, como lo estoy por ella.

Carolina
Es más de media noche, los invitados se marcharon, el lugar se encuentra en absoluto silencio, César, hace tiempo que está dormido. Yo estoy entre sus brazos, y no me atrevo a moverme, por temor a romper la burbuja en la cual me encuentro, no puedo creer que hace unas cuantas horas, yo estaba herida y desconsolada planeando dejar a mi esposo y justo ahora me siento la mujer más dichosa del mundo. El me acaba de dar la mejor lección de mi vida, no sé cómo pude dudar, aun viendo su actitud hacia mí, cierto que a veces se portaba serio o ensimismado, incluso irritado, pero ahora sé que no era por él, era por mi, era yo la del problema, y él, con su enorme corazón, en lugar de alejarse y dejarme en mi necedad, armó todo un espectáculo, para dejarme totalmente claro y sin lugar a dudas de cuán importante era para él y de paso se lo dejó claro a sus amigos y empleados. Aún no lo puedo creer, no me alcanzará la vida para intentar compensarlo, porque no conforme con eso, también me dejó claro que no tengo que preocuparme por ponerme a su nivel, o esforzarme en hacer las cosas que creo que le gustarían, quiere que sea como yo soy, así como él me conoció, me dijo, y voy a tomarle la palabra, porque ya me di cuenta de que, si intento cambiar, afecto mi vida, mi auto estima y aun mi carácter, y eso repercute en él, porque soy infeliz yo, y lo hago a él, ya lo entendí, por fin lo he comprendido. No quiere decir que me voy a quedar con los brazos cruzados y le voy a dejar toda la carga de nuestra relación a él, no, pero lo que haga, lo haré ya sin la presión de que tengo que hacerlo, porque sé que él, no me lo demandará, y lo haré por amor, con libertad y con gratitud.

haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora