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Zabdiel, miró el nuevo disco de Sin Bandera en sus manos, antes de tocar la puerta y lo guardo en el bolso de su gabardina. Lanzó un suspiro al aire y deseó que aquel pequeño detalle, fuera suficiente para convencer a Christopher de que siguiera la mentira, que le había dicho a Noemi.

Aunque no tenía muchas esperanzas.

—¿Quién? — Preguntó su mejor amigo al otro lado de la puerta.

—El amor de tu vida, abre.

Christopher Vélez: bajo, castaño, delgado, pálido y risueño; abrió la puerta de su departamento rápidamente. Miró por los pasillos, comprobando que nadie lo observara, antes de tomar el brazo de Zabdiel y meterlo a la fuerza al interior. Cerró y puso el seguro; nuevamente, tomó el brazo de su amigo, y corrió hasta su habitación.

—Perdón por eso, pero mi hermana está más insoportable que nunca: quiere que le de tu número de celular. No te preocupes, no le daré nada; así llore, chille y patalee. Tu virtud está en mis manos.

Zabdiel sonrió con descaro y se lanzó a la cama de Christopher. Movió su mano, hasta que llegó al pequeño mueble, a lado de la cama y tomó el control de la televisión para cambiarle de canal.

—Estoy viendo Troya. Cómo te atreves, es mi televisión — Christopher llevó una mano a su corazón dramáticamente — Eres un mal amigo.

—Más bien, arderá Troya, si no me ayudas con esta mentira piadosa — le dijo su amigo seriamente, asustando a Christopher. Nada bueno venía de un Zabdiel preocupado.

El mayor de los dos, tomó una silla y se sentó frente a Zabdiel. Ya estaba bastante nervioso, porque la expresión seria de Zabdiel, no era de todos los días. El menor, siempre era divertido y alegre; incluso infantil, pero por primera vez en años, parecía que estaba comportándose maduramente.

—¿Qué pasó? — Preguntó.

—Mi madre quiere que me case — Fue la rápida respuesta de De Jesús — La amo: me cuesta decirle que no, pero está fuera de mis límites. No estoy preparado para el matrimonio y tampoco tengo deseos de hacerlo.

—¿Y qué vas a hacer? No cederás, ¿o si?

—No lo haré — Zabdiel se levantó de la cama, pasó sus manos por su cabello rizado, una y otra vez — Es por eso, que le mentí. Le dije que era gay — Zabdiel observó, como los ojos de Christopher, se volvieron cada vez más grandes y casi se fue de espaldas en la silla. — Pero eso no es todo — Dijo antes de que su amigo lo tratara de loco — le dije que eres mi pareja.

Entonces sí: Christopher se cayó de la silla.


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Cualquier error con la adaptación o con los nombres, no duden en decirlo para corregir. ♡

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? [Chrisdiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora