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—¿Por qué te fuiste tan temprano? — Preguntó Zabdiel a Christopher. El mayor ya estaba sentado en su lugar, sacando los libros de su mochila, correspondientes a la materia que le tocaba. Zabdiel ignoró eso — Hoy me levanté con la esperanza de recibir un beso de buenos días, de la persona que amo y se da la sorpresa de que, ya no estabas en la cama.

Christopher se sorprendió por las habilidades actores de Zabdiel de Jesús, podría incluso ganarse a su madre y ella, ya tenía una trayectoria larga y envidiable. A pesar de todo, trato de evitar el sonrojo, que las palabras de su amigo y novio de mentiras, le provocaba. Sus compañeros de clase estaban ahí, algunos ignorando su presencia, otros observándolos como si fueran bichos raros o una novedad.

—Hablo en serio, Chris, después de lo de anoche...

Por supuesto, el chico Vélez se sonrojó tratando de no recordar lo que habían hecho. Nada que no hicieran las parejas de su edad, pero ellos, simplemente habían cruzado la línea de la amistad, metiéndose más profundamente, al abismo de los problemas.

Metido en sus pensamientos no se percata, de momento en el que, Zabdiel lo toma de la barbilla y le da un beso. Fue un pequeño roce en los labios que no se comparaban a los besos que se habían dado unas horas antes y aún así su corazón latía de forma desesperada.

—Ochenta y nueve — Dijo Zabdiel, y el mayor sabía que el rizado hablaba de los besos que se habían dado, hasta ese momento — Pero no me gustan los números impares — Dijo, por lo que tomo la barbilla del mayor nuevamente, volviendo a besarlo. Sonriendo descaradamente, se alejó y caminó hasta su asiento.

Por su parte, Christopher sentía que su corazón se salía de su pecho; que no cabía en él: latía a un ritmo desenfrenado, haciendo "boom, boom, boom", una y otra vez, tanto que lo asustaba de todas las formas posibles.

Las cosas se estaban saliendo de control y él no podía dejar de pensar en el momento en el que se besaron por primera vez. En aquel momento, Christopher sabía, aunque quiso ignorarlo, que estaba perdido; que había entrado a un hoyo profundo y sin salida.

Él amaba a su madre y amaba a su hermana pequeña, pero no era más que un amor fraternal; apreciaba a sus amigos y compañeros, pero nunca fue tan fuerte como con Zabdiel de Jesús, y es que, aunque siempre trato de ser una persona amoroso con todos, con el chico de rizos, había una diferencia muy grande. Christopher sabía que si lo llegaba a perder, no sabría qué hacer con su vida.

Era consciente, de que en el momento, en el que Zabdiel llegó a él proponiéndole que fueran novios de mentiras; debió haberse negado, pero no pudo: ahora tenía que confrontar las consecuencias de no haberlo rechazado. La mayor consecuencia de ello y la que más le asustaba, era que podía enamorarse de su mejor amigo.

Si es que, no lo estaba todavía.

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Cualquier error con la historia, no duden en avisarme para corregirlo.

¡Gracias por leer! 🍃❤

¿A los cuántos besos dejamos de ser amigos? [Chrisdiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora