Bueno, ya que no contestaron mi pregunta en el capítulo anterior, pues ni modo. Se van a chutar el leer la aventura de Lauren en el camión.
Nuestra Jalapeño después de estar como poste en el sol esperando el camión, por fin paso su ruta, la cuál venía más llena que una torta filos cubana.
Pero aún así, se habían bajado dos personas antes de que ella subiera, así que le tocó un lugar más o menos decente en los escalones de la puerta.
Así que estaba al pendiente de su celular y dinero, preparada para tener la experiencia más bisexual de su vida. Ya que al subirse sus nalgas chocaban con las de otro chico y enfrente estaba casi rozando su nariz con la de la chica que tenía enfrente.
Por supuesto que no podía faltar el chófer deteniéndose en la siguiente parada para decir -¡todavía hay espacio, recórranse!-. Todos odiamos al chófer en ese momento, a excepción de las personas que van a subir. Fácilmente nuestra Jalapeño podría sufrir de claustrofobia, pero no se podía dar ese lujo, ya que siempre tenía que irse en el camión.
Lauren pudo identificar algunos olores particulares, ya saben el típico olor a pasuco (patas, sudor y cola), el de un chicharrón, incluso podría jurar que olía a una Maruchan de camarón (dudo que fuera una Maruchan).
Todo esto mientras trataba de agarrarse de dónde pudiera, ya que el camión pasaba por lo baches más culeros que veía, para que los pasajeros brincaran al ritmo de los cumbiones que tenía.
Pero bueno, al fin había llegado el momento de bajarse de esa pecera. Así que Lauren empezó a gritar -¡Bajan!- como loca desquiciada, mientras iba aventando a las personas que tenía enfrente.
Ya una vez que estaba fuera del camión, pudo respirar con normalidad y volvió a checar si no le habían robado. Una vez que comprobó que todo estaba en orden, caminó rumbo a la universidad.
Mientras tanto, nuestra otra protagonista ya estaba en su casa, desayunando su tamal y atole. Ella rara la vez sufría irse en camión, la mayoría de los días su papá la llevaba y pasaba por ella, claro después de que había pasado por Sofi.
Algunos tienen más suerte que otros. Cómo aquel compañero que vivía cerca de la escuela, o las personas que le caen bien a la señora de la tienda y les fía o regala cosas.
En fin, sigamos. Una vez que Camila terminó de comer, se fue a bañar, escogió su mejor outfit para salir, tomo su mochila, una botella de agua y espero a que llegará su papá.
Así que mientras esperaba a don Alejandro, se puso a cambiar su foto de perfil en WhatsApp, una dónde saliera decente y sin tanto filtro.
-Espero qué ya estés lista, porque el tráfico nos espera.- fue lo primero que dijo Alejandro al ver a Camila concentrada en el teléfono.
-Sí, todo listo.- dicho esto ambos salieron de la casa y subieron al auto.
Camila estaba viendo memes en lo que llegaba a la universidad, tratando de evitar la emoción de llegar y poder contarles a Dinah y Ally que por fin tenía el número celular da Lauren. Porque si solo decía "el número de Lauren" Dinah le diría algo como -¿Número de qué? ¿De zapatos?- así que era mejor especificar.
Y pues Lauren apenas iba llegando a su salón, aventando su mochila y dejándose caer en su silla. Aún no llegaba su profesora, así que saco su celular y sin miedo al éxito le envío un mensaje a Camila.
Le temblaban los dedos, no sabía muy bien que poner, así que improvisó e hizo lo mejor que pudo.
*Abrimos temporalmente el chat de las esposas*
Lauren:
Hola, voy llegando a la universidad y ya me quiero ir. ¿Qué tal te va a ti?*Cerramos temporalmente el chat de las esposas*
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Tamales Jalapeño Pelo
Fiksi PenggemarCada mañana, justamente a las 9:00 a.m. Lauren Jalapeño tiene que salir a vender tamales para poder continuar con sus estudios universitarios. Lo que no sabe, es que Camila Pelo, se levanta a las 8:00 a.m. para poder observar a lo lejos a Lauren Jal...