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Todos los que conocían a Jason sabían que tenía una vena celosa, vengativa y ligeramente sádica. Tú lo conocías bien y ansiabas ver ese lado de él aflorar más para ti. Por eso no tuviste ningún problema en que te sacara a rastras del club en el que habías estado bailando y te follara en el oscuro y vacío callejón detrás del club.
─ ¡Bien por ti nena, por fin has conseguido lo que querías! ─ Jason hundió sus dedos en tus nalgas mientras te sujetaba contra la pared ─ muy atrevido por tu parte, entretener a esos mierdas mientras te traigo bebidas. Gracias a Dios que tu coño está aquí para mí, de lo contrario haría mucho más que tirarles esas bebidas a la cara ─ los pantalones de Jason estaban por debajo de sus piernas, recogidos alrededor de sus botas mientras seguía aumentando su ritmo castigador.
Le metiste las manos en el pelo y tiraste de él para acercarlo más:
─ Te encanta follarme así. Lo sé. Y yo... Lo necesito duro esta noche, por favor Jason.
─ Podrías habérmelo pedido como una persona normal. Pero no, tuviste que ir y jugar como un fucktoy. En un club que frecuentamos. Sabes muy bien que te daría cualquier cosa. Aceptarás cualquier cosa, no, todo lo que tenga que darte como castigo ─ no pudo evitar la mirada posesiva de su cara, no pudo evitar que sus labios aprisionaran tus labios, tu garganta, tus hombros, tus clavículas ─ Mía ─ gruñó ─ eres mía. Esto es mío. Este coño descuidado y apretado es todo mío. Esos idiotas tienen suerte de que les deje ponerte los ojos encima.
─ Si soy tuya, entonces será mejor que lo demuestres, Jason ─ y él sabía exactamente cómo. Prueba innegable. Cálido, espeso semen bombeando en tu coño, fluyendo por tus muslos, manchando tu ropa ─ sí, mmn, más, ¿tienes más para mí? Creo que aún no he aprendido la lección ─ apretaste tu coño contra él, intentando sacar todo el semen que pudieras. Tenía mucho más que dar, más de lo que podías aguantar. Seguro que su semen manchará el sillín de su moto cuando termine de reclamar.
