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El pequeño hibrido corrió lo más rápido que pudo para poder alcanzar al gigante y a la niña humana, como él los llamaba.

- ¿Puedo ir con ustedes? -Preguntó el hibrido poniendo una cara "triste" para convencerlos-

- Siii, que venga con nosotros -Marley estaba emocionada por poder convivir con un hibrido, especialmente ese que había llamado mucho su atención-

- No lo sé, por cuánto tiempo? -Preguntó el mayor-

- Pues hasta que lleguemos, creo.

- ¿A dónde?

- A Colorado, ahí está ella.

- ¿Te refieres a tu mamá?

- Si.

- Oh, olvide decirte, colorado exploto y no queda nada más.

- Eso no es cierto -Cuando Marley contradijo a Jepperd, este le puso la mano en la cara para callarla, per no midió su fuerza y la pequeña tropezó- ¡Hey!

- No importa, lamento que te hayas perdido todo eso niño, que tengas una gran vida -Dijo mientras levantaba del piso a su acompañante Marley y la cargaba como costal de papas-

Jepperd siguió avanzando mientras cargaba a la menor y el hibrido se había quedado quieto pensando en lo que el gigante le había dicho.

- Ohh, eso fue un chiste! -Cuando el hibrido se dio cuenta de que habían hecho un chiste sobre eso siguió detrás de ellos para que lo llevaran a Colorado-

- No eres gracioso grandote.

- Lo gracioso es que un niñito cree que puede sobrevivir solo por su cuenta-

- Y por eso es que él debe venir con nosotros.

- Marley, te juro que si sigues llevándome la contraria te dejare sola con el hibrido.

Al escuchar esto, la pequeña hizo una expresión de sorpresa y miedo así que decidió guardar silencio-

- Yo no estoy solo -Aseguro el hibrido- Los tengo a ustedes.

- ¿Qué te dije?

- Dijiste que si iba a buscarla yo solo.. -El pequeño no pudo terminar de hablar porque el grandote lo interrumpió-

- Dije que te quedarás ahí, que no te fueras y que te quedarás en el bosque comiendo arbustos o sea lo que sea que hagas ahí -Dijo mientras aventaba la botella que llevaba y el hibrido iba a recogerla-

-¿Qué haces?

- Papá dijo que dejará los lugares iguales, si no dejo basura los malos no nos encuentran -Le devolvió su botella al grandote pero lo único que él hizo fue volver a arrojarla- Ahora vuelvo!

- Jepp, ¿ya puedo bajar? Empiezo a desesperarme.

- Si, tu empiezas a lastimarme, ya no eres tan liviana eh.

- Bueno, vamos a esperar al hibrido.

- Haremos algo mejor.

- ¿Qué cosa?

- Huir -Jepperd tiro un poco más de basura y tomo de la mano a la niña para correr-

- ¡Oye! Eso fue muy grosero.

- El no es nuestro problema.

- Pero no tiene a nadie más.

- No discutas más y ayúdame a conseguir leña para la fogata.

- Pero-

- Por favor.

- Ya vooy.

Pasaron la tarde restante recolectando leña y cuando la juntaron Jepperd prendió la fogata y se sentaron a descansar.

El grandote tenía una herida en su pierna y tiempo atrás había conseguido medicina para calmar el dolor así que la tomó, mientras Marley no podía parar de pensar en aquel hibrido que habían dejado a su suerte, se preguntaba si aún seguía con vida y no podía evitar sentirse culpable.

- ¿Qué tienes?

- Me siento mal por el hibrido, no estuvo bien dejarlo solo.

- Parece inteligente, seguro está bien -Jepperd en realidad no pensaba eso, pero no quería preocuparla más-

- Eso espero.

- Toma -Le arrojó una lata de comida- Hay que comer antes de dormir para poder tener energía.

- Gracias Jeep, por todo.

Jepperd solo le dedico una sonrisa a la pequeña, la quería como una hija y daría su vida por ella. Cuando empezó todo lo del virus él tuvo un bebé que nunca pudo cargar ni darle amor, su hijo era un hibrido y el gobierno se lo había arrebatado. El día que Jepperd encontró a la pequeña sola pensó que si en lugar de Marley, el bebé "abandonado" hubiera sido su hijo querría que alguien lo cuidara y eso fue lo que hizo con Marley.

Estaban comiendo tranquilamente hasta que escucharon una rama quebrarse, Marley se asustó pero el más grande no, sabía perfectamente quién era.

- Déjame adivinar, también eres nocturno.

- ¿Es el hibrido? -Preguntó la menor al grandote y este le confirmó con un gesto-

- Guardare silencio, lo prometo.

- Eso no va a pasar, pequeño.

- Da miedo que estés allá atrás, puedes salir para que te veamos? Por favor.

El hibrido se acercó a ellos y se sentó junto a Marley, ella sacó un chocolate que tenía en su bolsillo y se lo dio al niño.

- Y... donde viven?

- En un lugar.

- ¿Dónde es eso?

- Donde nosotros queremos.

- ¿Tienes amigos?

- No, a menos que Marley cuente como uno.

- ¿Quién es Marley?

- Es ella -Señaló a Marley-

- Un gusto, yo soy Gus.

- Oh, que lindo nombre, no creo que sea común.

- Ni idea, pero gracias, tu nombre también es lindo.


-Y... ¿Conocen a mamá?

- Noup.

- ¿Por qué no?

- Probablamente murió.

- Jepp!

- ¿Qué? es la verdad, la mayoría murió.

- ¿Queda muy lejos Clorado?

- 1600km.

- ¿Cuánto tiempo llevará?

- No lo sé porque no te llevaremos.

- ¿Por qué?

- Pues porque... tenemos cosas que hacer.

- ¿Cómo que?

- Niño, créeme, es peligroso que estés con nosotros.

- ¿Apagaron los incendios?

- ¿Incendios?

- Mi papá decía que afuera de la cerca solo había gente mala e incendios, pero... yo no he visto más fuego.

Nadie sabía qué decir y simplemente siguieron con su cena.

- ¿Ahora qué?

- Pues nosotros vamos a dormir -Dijo mientras se cubría con su manta al igual que Marley-

- ¿Y yo qué hago?

- Me da igual siempre y cuando ya no estés en la mañana.

- Ignóralo, Gus. Solo intenta dormir un poco.

- Okey, descansen.

Jepperd y Marley se quedaron profundamente dormidos pero Gus no, él tenía otros planes.

Niño hibrido  -Sweet tooth-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora