Capítulo 15.

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—Capítulo 15—.

“Nuestra querida desertora”.

La mujer bostezó pesadamente, estaba cansada, sintiendo el sol del amanecer que entraba por las rendijas de la ventana abrazarlos. Abrió los ojos, sintiendo un pesado brazo enredado a su cintura, apresándola. Apenas empezaba a amanecer, ella tendía a levantarse a esa hora, pero, al parecer alguien no.

Sonrió levemente, girando su cabeza sobre su hombro para poder ver el rostro del pelinegro dormido a su espalda, con los ojos cerrados, los labios entreabiertos y el cabello despeinado, descansando su cabeza sobre una almohada al igual que ella y, arropados por una misma sábana.

Se estiró levemente sobre la cama, haciendo un ruido mientras hacía esto mismo, buscando que el pelinegro se despertara y, efectivamente fue así, él la soltó suavemente, acariciando su cintura desnuda mientras abría los ojos. La mujer se sentó sobre la cama, volviendo a bostezar.

—¿Qué hora es? —murmuró este, con la voz ronca, luchando por abrir los ojos.

La mujer con el torso desnudo se levantó hacia el baño, rascándose la nuca, con su larga cabellera suelta.

—Está amaneciendo, serán casi las cinco —le contestó mientras se iba al baño.

—¿Cinco de la mañana? —preguntó en voz alta y volvió a tirarse sobre el colchón de esta, bufando.

La mujer se carcajeó desde el baño ante esto.

—Los capitanes nos levantamos antes que todos, tú también tendrás que hacerlo —le advirtió ella colocándose el brasier y la camisa blanca.

—Eso lo sé —le contestó en voz alta el pelinegro, volviendo a sentarse sobre la cama con una mano enredada en el cabello.

—Y normalmente me levanto a las cuatro, así que, créeme que me he levantado una hora tarde por ti —le dijo _______ mientras se abrochaba la camisa de botones, saliendo del baño nuevamente.

Levi buscó su camisa por toda la habitación, visualizándola en el suelo cerca de sus botas. La mujer sin pantalones se encaminó hacia la ventana, en busca de algún otro ser viviente despierto ya. Y, efectivamente era así, Shadis estaba como un búho en medio del campo de entrenamiento dando rondas.

Él era la definición de disciplina, ni siquiera Erwin o ella estaba despierto a esa hora.

Empezó a levantarse temprano desde que entró a la legión, especialmente porque sus noches siempre eran muy difíciles de manejar, el insomnio, los pensamientos, todo. Así que, apenas salía el más mínimo rayo de sol, ella se levantaba, no importaba si por el cambio climático el sol salía a las tres de la mañana, ella se levantaría a esa hora con el fin de salir de las penumbras de su habitación.

Aunque ahora su habitación había dejado de ser su mayor temor. Se había convertido en uno de sus lugares favoritos, su lugar seguro. Algo que nunca creyó posible.

—¿Por qué rechazar el puesto de comandante? —le preguntó Levi en voz alta, colocándose las correas tiradas por la habitación.

La mujer se volteó a verlo, encogiéndose de hombros, bufando pesadamente. Claro que lo sabía, pero, no podía decírselo.

—No lo quiero —le contestó, era una media verdad—. Me gusta mi puesto actual, no necesito algo distinto, estoy bien así.

Levi asintió, viendo a esta colocarse los pantalones blancos, era extraño, nadie rechazaría ese puesto, a menos que tuviera miedo de asumirlo, pero, ________ no parecía esa clase de persona que huiría de un deber, menos de ayudar a los demás.

LA CAPITANA [Levi × reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora