𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖉ó𝖘

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— Mira, vamos a ponerte más medicina porque las contracciones están siendo más seguidas. No queremos sustos.— Asentí agarrando con fuerza la barandilla de la camilla.

— Gracias...

— Michelle, Michelle García.— Sonrió.

Era una doctora hermosa. 

Era pelinegra, ojos azules, piel blanca y una sonrisa preciosa.

Mi hermano no dejaba de mirarla extrañado, al igual que Gavi.

Yo estaba bastante perdida, la verdad.

— ¿Que os pasa con la doctora?— Ella dejó de mirar las hojas, y tanto como mi hermano, como mi prometido, me miraron inmediatamente.

— Nos suena...

— Tranquilos, tengo la misma sensación.— Rió ella escribiendo en su papel.

Me agarré nuevamente a la camilla, mientras Gavi me miraba alarmado.

La máquina comenzó a pitar descontrolada, ganándose la atención de la doctora Michelle.

— Vale, esto ya no es normal. Si sigues así...— Suspiró.— Tendremos que interrumpir el embarazo.— Negué.

— Yo sé que Gabriel puede con esto.— Hice una mueca de dolor.

— Los dos podéis, pero el problema es que ese bebé quiere salir ya.— Una enfermera entró diciéndole algo en el oído.— Retiro lo dicho, hay que ponerte medicación. Ya sabemos la causa.— Fruncí el ceño.— Tu útero no se ha acostumbrado lo suficiente al embarazo, por lo que la capa que se desprende en cada ciclo menstrual, está desprendiéndose para liberar el "óvulo no fecundado".— Explicó.— La medicación que te vamos a poner a continuación, impedirá eso.— Asentí.

La enfermera entró con una jeringa y un botecito de cristal.

— Si no hubieras venido, tendrías un aborto espontáneo...— Tragué grueso.— Menos mal que esta medicina hace efecto al instante, no podría soportar más.— Aseguró mirándome con una leve sonrisa.

Miré a mi hermano, el cual miraba al suelo sin mover ni un solo músculo.

— Pepi...— Estiré la mano que no tenía la vía. La cogió sin fuerzas. 

Me hice a un lado y dejé que se sentara.

— Si Danielle te viera, te pegaría una hostia monumental.— Dije al verle como apagado.

— No puedo seguir sin ella...

— Si que puedes, otra cosa es que no quieras.— Acaricié su mejilla cariñosamente.— Hazlo por Aina, por favor. Sé fuerte por tu hija.— Me acosté en sus piernas mirándolo.— Me tienes a mi para lo que sea, soy tu hermana, y me tendrás aquí como cuando éramos peques...— Dejé un beso en su nariz y escuchamos la puerta cerrarse. Miré a un lado viendo a Gavi mirando a Ainara en una pequeña cuna que nos habían dejado para que la bebé pasara la noche.

— ¿Como se llamará la doctora?— Me tomó por sorpresa completamente escuchar esa pregunta de mi hermano.— ¿Que? Tengo curiosidad.— Reí en sus piernas todavía.

— Michelle García.— Cogió su móvil buscando algo. Entró al instagram del hospital, donde encontró una foto de todo el equipo médico.

— Michelle García Martínez.— Entró a su perfil revisándolo. Le arrebaté el móvil al ver una foto que me pareció preciosa

 Le arrebaté el móvil al ver una foto que me pareció preciosa

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¿𝐃𝐞 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐞 𝐨𝐝𝐢𝐚𝐬?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora