Nuestro regalo

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Día 4: AU; En el que Loid no necesita una esposa para la entrevista con Edén, aún así conoce a Yor, quién habla con él para fingir ser su novio por una noche.

Después de aquella noche, Yor no esperaba que Loid tuviera una hija y mucho menos que fuera tan adorable.
Al día siguiente, Loid se presentó con Anya. La pequeña no parecía de seis años, sin embargo, si Loid decía que tenía esa edad ella le iba a creer. Entonces supo que Loid estuvo casado antes, que la niña era producto de ese matrimonio y que su madre murió cuando la niña tenía dos años. 

Ella tampoco esperaba, que después de una tarde de salir con Loid y Anya, fuera la niña a querer verla más a ella o que Loid insistiera verla al menos una vez a la semana y los fines de semana junto a Anya.

No esperaba para nada enamorarse del hombre quien tenía una hija. Una hija de un matrimonio en el cual hubo amor. O eso es lo que creía ella.

Loid no tenía planeado enamorarse. Porque Twilight no podía crear lazos amorosos o afectuosos con nadie. Ni siquiera debía encariñarse con Anya, ni con Bond, el perro que su hija adoptó.

Pero ahí estaba. Enamorado de una mujer que por capricho de Anya, veían cada semana, aunque no quería admitir que veía a esa mujer por capricho propio también.

¿Por qué sería mejor para la misión si Anya tuviera una madre? ¿Una niñera? ¿Alguien con quien quedarse después de la misión? ¿Una figura materna?
No. Porque estaba enamorado de esa mujer.

—¿Loid? —preguntó Yor dándose la vuelta con Anya entre sus brazos dormida contra su hombro.
—Perdona... Estuve divagando en mis pensamientos.

Yor asintió con la cabeza y volvió a caminar cuando Loid se puso a su lado. Caminando lado a lado.

—Lo siento... No deberías estar cargando a Anya —señaló él.
—No me molesta. Ella es muy dulce... Tienes una linda hija —ella comentó acariciando la espalda de Anya.
—Me alegra que se lleven bien ustedes... A Anya realmente le hacía falta alguien como tú —admitió.
—¿Cómo? —preguntó ella mirando el perfil de Loid.
—Sí. Cómo tú. Nadie juega con ella como tú, nadie le tiene la paciencia que tú le tienes. Ni siquiera yo.

Yor apretó los labios y apartó la mirada de su rostro.

—Lo...
—No hay nada de qué disculparse... De hecho, te estoy agradeciendo por ser así. Por darle a Anya lo que se merece. Y a mí.

Yor abrió los ojos ampliamente y se sonrojó ante su declaración.

—¿A... Ti? —ella tartamudeó.
—No creí que necesitará a alguien que me ayude con Anya. Así sea solo para jugar... Gracias, Yor.

Anya se movió sobre el pecho de Yor, era de noche, la luz de la luna y los faros de la calle eran lo único que brindaba luz, Yor se quitó suavemente el abrigo y envolvió a Anya con aquello, Loid se quitó su abrigo y lo puso sobre los hombros de Yor.

—No tenías que hacer eso... Loid —aseguró ella.
—Ven vamos a dejar a Anya a su cama.

Loid y Yor aceleraron el paso por las calles, cuando llegaron al departamento de Loid con Anya aún dormida en brazos de Yor. Loid abrió la puerta y Yor siguió sus pasos hasta llegar a la habitación de Anya. Con cuidado, Yor depositó a la pequeña en su cama y Loid cubrió a Anya con una manta suave.

Anya abrió los ojos y se estiró un poco. Miró a Yor y luego a su padre.

—¿Ya te vas? —preguntó Anya con voz somnolienta.
—Sí, mi amor. Ya es hora de dormir, la pasé muy bien contigo pequeña —respondió Yor acariciando su cabello.
—Yor, gracias por venir con nosotros hoy —agregó Loid con una sonrisa amable.
—Yo también lo pasé muy bien. —respondió Yor sonriendo de vuelta.

Anya se levantó un poco y abrazó a Yor con fuerza.

—¡Gracias por jugar conmigo, Yor! Eres la mejor —dijo Anya emocionada.
—De nada, Anya. Me divertí mucho contigo —respondió Yor acomodando a Anya en las almohadas.

Loid observaba la escena con una sonrisa en su rostro. Se sentía agradecido de tener a Yor en sus vidas, sabía que Anya era feliz con ella y él no podía estar más agradecido por eso. Pero aún así, sabía que no debía enamorarse de ella. Sin embargo, él cree que ya es tarde.

—Y ahora, a dormir. Mañana puede venir Yor a pasar la tarde con nosotros si quiere —dijo Loid besando la frente de Anya.

Loid se sentía agradecido por tener a alguien como ella en la vida de Anya, alguien que le hacía feliz y que le brindaba atención y cariño.
Después de un rato, Anya se quedó dormida de nuevo, y Yor se levantó suavemente de la cama y se dirigió hacia la puerta. Loid la acompañó en silencio hasta la sala de estar, donde se detuvo y la miró a los ojos.

—Yor... —dijo Loid, con voz suave y cálida.
—¿Sí? —ella se volteó a él con la mirada dulce.

Loid quería ir más allá con ella. No debía. Pero como quería besar esos labios, abrazarla, ver más tiempo a ella aquí junto a Anya... Era un espía pero a su lado, se imaginaba una vida normal.

—¿Te gustaría tomar algo antes de irte? —preguntó Loid, señalando hacia la cocina.
—Claro, me encantaría —respondió Yor, con una sonrisa.

Loid y Yor se dirigieron a la cocina, y Loid le ofreció a Yor un vaso de agua. Mientras Yor bebía el agua, Loid la miraba de reojo, admirando su belleza y su dulzura.

—Yor... He estado pensando mucho en ti últimamente —dijo Loid, con sinceridad.

Yor se quedó fría ante sus palabras.

—Yo... Estoy enamorándome de ti... Yor. Eres una persona increíblemente especial, y me encanta pasar más tiempo contigo.

Yor se sonrojó al escuchar las palabras de Loid, y sintió un cosquilleo en su estómago.

—Lo siento si es... Pronto, pero no puedo evitar no sentir esto...

Ni siquiera Loid sabía de dónde habían salido esas palabras. Pero ya lo había dicho. Su corazón latía a mil por hora y sus ojos la miraban fijamente.

Yor se sintió abrumada por las palabras de Loid, pero también emocionada. Ella también había estado sintiendo algo por él, pero no estaba segura de si era mutuo. Sin embargo, al ver la expresión en su rostro y sentir la pasión en su voz, supo que era verdad.

De repente, Yor sintió un impulso irresistible de besarlo. Se acercó lentamente a él, sin apartar la mirada de sus ojos brillantes. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, cerró los ojos y juntó sus labios con los de él.

El beso fue suave y apasionado, lleno de ternura y emoción. Yor podía sentir el corazón de Loid latiendo rápidamente contra el suyo, y ella se sintió completamente en paz y feliz.

Después de unos momentos, se separaron, pero siguieron mirándose fijamente. Ambos sabían que había algo especial entre ellos, algo que no podían negar. Yor tomó la mano de Loid y sonrió.

—No tengo palabras, Loid. Pero me encanta pasar tiempo contigo también. Creo que... quizás podemos darnos una oportunidad.

Loid la miró con una sonrisa radiante.

—Eso es todo lo que necesito oír. ¿Quieres salir conmigo mañana?

Yor asintió con una sonrisa.

—Me encantaría.

...

Esta es la otra idea de mi fanfic Twiyor en la que si lo hago obviamente profundizare en los sentimientos y el drama. Gracias por leer y los comentarios ☺️

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