Capitulo VIII: Una recompensa

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—¡¿Fuiste el primero?!

La voz de Jason se escuchó en todo el comedor, allí se habían reunido todos para la hora del almuerzo.

Su suéter de color morado estaba algo rasgado y lleno de rastros de tierra y nieve, en la mesa tenía un plato vacío, solo con algunas pequeñas migajas de pan.

—¿Eso creo?—mencionaba a la vez que soplaba un vaso lleno de café

—¡¿Eso crees?! ¡Carajo sí! ¡Cuando escuche el altavoz de que ya había tres arriba de la torre! ¡Jamás creí que ibas a ser tú!

Los brazos del castaño se movían a la par que hablaba, era gracioso de alguna manera; sin embargo, a Tweek le parecía algo tierno.

—Bueno, pero no les quites merito a los dos que llegaron después—dijo calmadamente dándole un sorbo a su café

—Tienes razón—recostó sus brazos en la mesa—¿Sabes donde están? Debería felicitarlos

—Estoy aquí imbécil...—una voz profunda, llegó el oído de Jason

—¡Mierda!—dio un sobresalto

—Hola Pete—dijo Tweek sonriente

—¿Cómo andas rubiecito?

—Algo cansado, espero que la princesa nos llame pronto

—Sí... espero sea por algún pago o recompensa por salir segundo lugar

El de cabellos castaños miraba curioso la escena, no sabía cuando esos dos se hicieron amigos, pero no iba a intervenir, a su parecer eran algo tiernos, pues sus personalidades eran totalmente diferentes.

—Veo que no soy tu único amigo, Tweek—menciono con una sonrisa

—Si me alegra no empezar solo el primer día

Él, de raíces rojas, sacó de su bolsillo derecho un cigarrillo y dos piedras, de color negro y plateado.

—Cierto... ¿No conocen al que quedo tercero?

Pete tomo el cigarro en su boca, y con ligera fuerza golpeo ambas piedras un par, produciendo una pequeña chispa, vasto un par de veces más, para que la punta del papel se comenzara a quemar.

—No, en realidad, solo llego cansado, tenía su lengua al aire y sus mangas creo que estaban rotas

Se quitó el cigarrillo de la boca y expulso el humo de sus pulmones, mientras guardaba de nuevo aquellas piedras.

—Creo que su nombre es Scott...—se volvió a meter el cigarro en su boca

—¿Lo conoces?—pregunto Tweek

—Vivíamos en pueblos vecinos, pero jamás lo conocí, al parecer no lo dejaban salir de su casa, se hizo muy conocido por los fuertes gritos de sus padres que llegaron hasta mi pueblo—dijo con el cigarro entre dientes

—Me pregunt—fue interrumpido

¡ATENCIÓN! ¡Los que ocuparon del primer a tercer lugar en la prueba de habilidad! ¡Por favor síganme! ¿Mmm... okay?

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