Capítulo IV: No tengo frío

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-¡Los que no tienen ninguna experiencia, por favor pasen al patio de la cabaña 2! ¡Mmmkay...!

-¡Oh Dioses!

Sentía mi tick incrementarse rápidamente, al oír la voz del guía, comenzaba a temblar y sentía la mirada de varios hacia mí "¡Demasiada presión!"

-¡Ack!

-¡Tranq-q-quilo niño!-sentí su mano en mi espalda

-Y-ya no estoy seguro de esto...

Tome un sorbo de mi café, era invierno, podía sentir el viento recorrer mi cabello, me alegra cubrirme con la bufanda de mi madre, "Me recuerda a ella"

-N-no digas eso... todo resultará b-bien-me dio un pulgar arriba, sosteniendo todo su peso con un brazo

-Gracias por traerme hasta acá-le sonreí

-No es nada, me caes b-b-bien niño- me miro alegre-eres una de las pocas personas que no s-se burla de mí...

-No podría hacerlo- miré hacia adelante.

Es cierto, jamás podría hacerle eso a alguien, no podría, sé cómo es estar allí

Vi a lo lejos una cabaña y logré visualizar un cartel hundido que tenía escrito algo.

-Esa es la c-cabaña dos

-Sí...-sentí una presión en el pecho

-Gracias... de nuevo

-Sin pro-problema-se volteó dispuesto a irse, pero dio media vuelta-Buena suerte, niño, mándale mis saludos a la princesa.

El bardo me guiño su ojo y lo vi alejarse poco a poco con su par de muletas, cuando ya no lo vi, me gire para seguir el rumbo.

El interior de la cabaña era simple, en la izquierda había literas, debe haber por lo menos unos veinte; a la derecha se exhibían varias pinturas que reflejaban a los que no pudieron sobrevivir.

Mire hacia abajo, y enterré mi cara contra la bufanda de mi madre, "Debo sobrevivir por ella"

-Disculpe...-alguien toco mi hombro

-¡Ack!-di un pequeño salto hacia atrás

-Lo lamento ¿Te asusté?

"Nooo, vi a mi abuela muerta", pensé,"

¿Quién se cree que es?"

Voltee mi cabeza y lo vi, era más bajo que yo por poco, su cabello era rubio como el mío, vestía una túnica verde aqua, pude ver una capa en su detrás, en su frente llevaba una diadema con un pequeño rubí incrustado.

-¿Eres nuevo, verdad?

-Sí... No podía dejar de mirarlo, específicamente su ojo izquierdo, mi mirada estaba fija en la cicatriz enorme que llevaba

-Ya veo... bueno te recomiendo cambiarte, y salgas lo más rápido posible, bienes en buen momento

-¿Sí? ¿Por qué?-intente mirar hacia otro lado

-La princesa viene hoy, le gustará conocerte

-Sí... -¡Te estaré esperando!-me grito para después salir al patio Incluso él, alguien tan alegre, tiene una marca por todo esto.

"No debo pensar en eso", coloque mi mochila, en una esquina, y me comencé a quitar mi camisa de mangas largas, poniéndome una polera blanca sin mangas, necesitaba movilidad, antes de irme me aseguré de guardar muy bien la bufanda que me había sido dada.

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