CAPÍTULO 24

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Mi Licenciado

— Estoy agotado. — dijo Roier. Volteé a verlo, apenas aterrizamos y ya estamos agotados.

El amigo de Quackity, Karl venía a recogernos, se comunicaron con él y estamos buscándolo.

— Holaaa, mmm... Soy Karl.— Miramos hacia donde provenía aquella voz, y sí, era él.

— Hola, gracias por venir por nosotros.— se acercó Juan a Karl. Solo sonrió.

— Háblale en inglés, wey— se acercó a él este Mariana y hablo —. Me llamo Osvaldo, mucho gusto.

Veía a Karl analizar a Osvaldo con la mirada, el chico no era tan discreto; le dio un fuerte apretón de manos a Osvaldo.

— El gusto es mío. Necesito aprender español, lo siento mucho.— se disculpo, con aquella cara tan angelical, que sería incapaz de matar una pequeña hormiga.

— Tranquilo, Karl. Estamos aprendiendo más el inglés y nos sirve de mucho que hablemos así, podemos enseñarte español también si gustas.— dije. Sonrió y asintió.

Subimos las maletas, y se veía que Karl estaba preparado, trajo dos camionetas. Un señor como de unos 40-45, que traía una de ellas y la de Karl.
Claro porque estos se trajeron maletas como para un mes de vacaciones. En una camioneta se fue Ari, Juan y el Mariana. En la otra íbamos Rivers, Roier, Karl y yo.

Roier y Rivers platicaban, sentía un tanto tenso a Karl, me daba mucha pena, ya era normal en mí, hasta respirar me da pena, no entiendo ni el porqué. Pero logré hablarle.

— Oye, Karl.— dirigió su vista hacia mí, pero en unos segundo otra vez ya estaba su vista en el camino.

— Dime.

— Me da gusto conocerte al fin, Quackity siempre me habla de ti.— soltó una pequeña risita.

— No me imaginé que te hablara de mi.

— Claro que lo hace, me dijo que cuando viniera a verlo lo primero que haría es presentarme contigo.— aunque el viaje era que yo fuera sola.

— Yo también quería conocerte desde hace mucho, eres el único tema de conversación que tenemos.— soltó una risa nerviosa.— Hasta que por fin se nos hizo.

Hablar con Karl fue divertido, hablamos de muchas cosas en tan poco tiempo. Nos llevamos demasiado bien, dijo que seguro ahorita Alex estaría acostado sin hacer nada, me dijo a que lugares debería llevarnos Alex. Que haría lo posible para ir con nosotros y convivir más, que quiere conocernos más a cada uno de nosotros.

Llegamos a una linda casa, elegante y moderna.

Tú toca el timbre, va pensar que solo vienes tú.— sonreía Karl.

— Ándale, si.— Me acercó Rivers a la puerta.

— Ya vamos todos.— dijo un tanto irritado Osvaldo.

— Ya pinche Osvaldo, vete a esconder, toca ____.— sonreía Ari, ellas lo sabían.

Los demás se escondieron y me acerque más a la entrada, solo tenía que tocar el timbre y ya.

Mi respiración estaba demasiado agitada, mis mejillas empezaban arder, sentía mis piernas flaquear. Si ya me sentía así y todavía no lo veía, ahorita que esté frente la puerta seguro que me desmayo.
En todo este tiempo Alex se apoderó de mi corazón, lo hizo sin que me diera cuenta, cada pequeña muestra de afecto hacia que mi corazón latiera con fuerza. Cada llamada, cada mensaje, el tiempo que se tomaba para hablar conmigo me hacía sentir especial. Jamás me imaginé que hablara de mí en algún stream suyo, pero, él lo hizo. Me tomé la libertad de contar cada uno de sus lunares cuando acercaba demasiado su cara al teléfono, cada una de sus pestañas, el brillo que reflejaban sus ojos, sus labios rosados, delgados y finos. Todo en él era perfecto.

-𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭- (Quackity X Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora