-𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭- (Quackity X Tú)

CAPÍTULO 49 -Final-

Te amo, Alex

— ¿Ya te sientes mejor? — me preguntó con preocupación.

— Ya me siento mejor, Alex. — le di un apretón a una de sus manos.

— Tengo miedo que sea algo más. — su mirada estaba perdida, meditando y con preocupación.

En la mañana al levantarme me mareé muy feo, caí al suelo, rápido me levanto Alex. Se que no me encuentro mal, fue por el alcohol, pero Alex se llega a preocupar mucho, no quiero que se lleve un mal recuerdo a casa. Cuidare más de mi salud, podríamos ir hasta ahorita mismo al hospital y se dará cuenta que estoy bien y solo fue producto del alcohol.

— No es nada malo, solo fue por el alcohol, Alex. — sonreí cálidamente.

— Puede ser. — dijo no muy convencido.

— Más tarde vamos al doctor y verás que estoy de maravilla. — solté.

— Está bien.

Si él se quiere asegurar que estoy bien entonces lo haré, no quiero preocuparlo.

Desayunamos, tomamos té al finalizar de desayunar. Nos arreglamos, quedamos en ir con Ari y Juan a pasear y comer de paso. Pero antes salimos temprano para ir al doctor. Y como bien lo dije, estoy bien, solo fue por el alcohol.

Llegamos al centro comercial donde nos citaron Ari y Juan. Llegamos y los saludamos, compraríamos un poco de ropa para esta noche; Ari y yo nos dirigimos a una tienda, Juan y Alex se fueron a otra.

Vimos varios vestidos, muy cortos para mí gusto. Terminé comprando una falda color beige, es de cuero, y queda tres dedos arriba de la rodilla, la más larga que ví y por supuesto, para la ocasión. Ari se compró un vestido blanco, pegado al cuerpo, muy bonito, a ella simplemente todo se le ve bien.

— ¿Cómo va todo? — pregunto y fruncí el ceño, no comprendía, al parecer se dio cuenta y volvió a hablar —. Con Alex.

Asentí y sonreí.

— Ah, todo va muy bien. Con el paso del tiempo hemos podido llevar bien nuestra relación. — dije con una sonrisa tonta en mis labios.

— Me encanta que estén juntos. — acaricio mi cabello.

— Ari. — llame su atención.

— Dime. — levantó las cejas.

— He tenido mareos, cansancio y... — me interrumpió con una sonrisa en el rostro.

— ¿Estás embarazada? — susurro.

Rápido negué, empezó a correr lo caliente por mi rostro. Alex y yo no hemos dado ese paso a nuestra relación.

— No, Ari. — volteé a todos lados, no quiero que nadie escuché esto.

— ¿Entonces? — pregunto.

— El chiste es que volvieron los sueños. — solté.

La ví y se puso pálida, negando constantemente.

— La voz de la mujer que dices escuchar, ¿No te recuerda a alguien?

— Nunca la había escuchado en mi vida. — respondí.

— ¿Y si es una señal? — hicimos contacto visual.

Ella piensa lo mismo que yo.

— ¿De qué?

— No sé, de todo puede ser.

— A veces siento que estoy en un sueño. — dirigí mis vista hacia otro lado.