CAPÍTULO 47

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Celosa

Ya habían pasado tres meses, todo está muy bien. Alex anuncio nuestra relación y yo hice los mismo a los segundos, y como siempre, había gente que se lo tomó bien y otras no, apoyaron nuestra relación en todo momento, me esperaba mucho eso. Tuve más reconocimiento con el último cover que hice, y estaba apunto de subir una canción escrita por mí.

Los dolores de cabeza disminuyeron con el tiempo, ya no me preocupe tanto, tiene un mes y medio que visite a Alex, y él estaba por venir. Nos hemos mantenido muy bien, la comunicación, confianza y seguridad van de maravilla. Pero empezaba a odiar la nueva vecina de Alex, al instante que me habló de ella no me gustó para nada, llega a ser demasiado impulsiva, no piensa y solo actúa, sin saber la consecuencia que tenga.
Justo hablábamos de ese tema por video llamada.

— Le gustas Alexis. — dije rodando los ojos.

— Es que soy irresistible. — me guiño.

— Voy a colgar.

— ¡No! — hizo un puchero. —. Me da igual si le gusto, bien sabes que yo solo te quiero a ti, me tienes a tus pies, preciosa. — volvió a guiñar.

Sonreí ante lo dicho, sentí mis mejillas arder.

— Basta, Alex. — me aleje del teléfono.

— Es la verdad. — empezó a reír.

— Es que no es normal, mi vecino no viene dos veces en un mismo día a pedirme azúcar. — entrecerre los ojos.

— Porque a él no le gusta tanto el azúcar como a mi vecina. — dijo inocente.

— Gracioso, aún así no me agrada, que compre su propio azúcar, más bien debería dejarlo, se va hacer diabética. — fruncí el entrecejo.

— Ya no le voy abrir, my love.

— No me molesta — ya ni sabía lo que decía, me contradecía yo sola. —. Solo digo que debería comprar su propio azúcar, y claro, tiene más vecinos a los cuales podía pedirles azúcar. — suspire con fastidio.

— Jamás me imaginé que una persona celosa que se viera tan atractiva y sex... — lo interrumpí al instante.

— No estoy celosa. — me encogí de hombros.

— Claro, y yo tengo cabello. — dijo y empecé a reír.

— Dicen envidiar me, si supieran qué no me has dejado verte sin tu gorro, mi pelón.

— Si lo hago te vas a enamorar más de mí. — se encogió de hombros con una sonrisa.

— Es verdad. — sonreí.

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Al llegar de la universidad, deje mis cosas en mi habitación, en unos instantes estará Juan aquí. Sin más me metí a bañar, me arregle un poco, al terminar escuché el timbre, me dirigí hacía allá y abrí.

Solo que no es Juan, de nuevo son flores, ya me imagino de quién me las mandó. Las tome y se fue el chico que las trajo. Tome la carta y la leí.

Hola, my love.

Por ti me he adentrado más al mundo de las flores, y lo haría una y mil veces. Te mando este ramo de Dalias, color blanco y rosa, algo que simplemente eres tú, el amor y delicadeza. Te quiero.

Con amor, Alex.

Terminé de leer, la pegué a mi pecho como si la abrazará y sonreí, siempre me hace sentir tan especial y única, es lo que he buscado todo este tiempo y llegó. Yo, yo ya no quiero a Alex, lo amo, lo amo demasiado.

Corrí a mi habitación y guarde la tarjeta junto a las demás, en una cajita de madera. Caminé a la sala, tome las flores y las coloque en un florero, solo por Alex compro floreros.

Tocaron de nuevo el timbre y estoy segura que ahora sí es Juan. Deje las flores, caminé a la puerta, abrí y ahí está, sonreí al verlo y lo abrace.

— Hola, Juanito. — bese su mejilla y correspondió.

— Hola, hermanita. Déjame pasar por agua y nos vamos — asentí y se dirigió a la cocina. — ¿Te mando las flores, Alex? — pregunto alzando la voz desde la cocina.

— Sí. — sonreí.

Al instante vino la imagen de Alex a mi cabeza, es una personita tan linda.

— Próximamente ésto va ser una florería. — camino hacia mí.

— Envidioso. — rodé los ojos.

— Ya vámonos. — paso su brazo por mis hombros.

Caminé así con él hasta el elevador.

— ¿Que haremos? — lo mire y fruncí el ceño.

— Ya verás — sonrió. —. Pronto llegará tu novio y prepararemos algo bueno.

Contaba los días para que Alex llegara, ya lo quiero ver.

— Me parece perfecto. — sonreí.

— Todo lo que tenga que ver con Quackity te parece perfecto, ¿No crees? — me miró mal.

— Cállese. — le regrese la mirada.

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Terminamos de hacer unas compras, emprendimos camino a casa de Juan. Llegando saludé a Ari y Ama, hace mucho que no la veía.

— Sigo sin creerme esto. — menciono Ama.

Frunció en ceño, me miró y volvió a hablar.

— Cuando se conocieron apenas si se hablaban, a los días conectaron tan rápido y ahora ya son novios. — sonrió.

— Pero Quackity mostró mucha confianza a _____, desde un inicio. — hablo Ari.

— Claro, ella irradia confianza, felicidad, amor, paz. Simplemente todo. — concluyó Ama.

— Me imagino que fue más que nada por Juan. — hable llamando la atención de ambas.

— ¿Juan? — pregunto Ama.

— Sí, Juan es muy bueno con él y lo quiere, se imagino que yo era así. — me encogí de hombros sin importancia.

— O también le gustas te al instante, eres muy guapa y un amor de persona. — dijo Ari.

Reí y negué con la cabeza.

— Pienso lo mismo — asintió Ama. —. Ahora que venga le preguntamos.

— Sí, sí, sí. Jugamos verdad o reto y hacemos que nos diga todo. — aplaudió Ari.

— Ándale. — asintió varias ocasiones Ama.

Reí, aunque también me llegó a preguntar lo mismo, no sé que pensó de mí al verme, estoy de acuerdo con ellas.

— Llegó la pizza. — vimos llegar a Rivers.

Sonreímos las tres al verla.

— Hasta que llegas, guapa. — se acercó a ella Ari.

— Lo siento, surgió un imprevisto y tarde un poco. — beso la mejilla de Ari.

Me acerque a ella e hice lo mismo.

— Siéntense y veamos algo. — hablo Ama.

Vimos unas películas, comimos, me la pace demasiado bien a decir verdad. Me agrada muchísimo pasar tiempo con ellas.

Le contaron a Rivers el plan que tenían para "sacarle la sopa" a Alex y que les cuente todo.

Cada día falta menos para su llegada.

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Holaaaaa, ¿Cómo están? Ojalá muy bien, yo estoy de maravilla y muy agradecida con ustedes. Cuídense mucho y no olviden tomar agua.
Byeeee.💗






-𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭- (Quackity X Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora