-𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭- (Quackity X Tú)

CAPÍTULO 48

Me encantó

— No me la creó. — dijo anonadada Rivers.

— ¿Por qué? — empecé a reír.

— Es que, es que está buenísima — se colo de nuevo los audífonos. —. A mí me escriben una canción así y me muero.

Era a la primera persona que le enseñaba la canción que había escrito, ya estaba hecha, con ayuda del equipo quedó demasiado bien.

— Me alegra muchísimo que te guste. — sonreí.

Eso fue lo que pasó el día que estuve con Rivers, Ari, Ama y Juan. Un día simplemente espectacular. No hay día que no diga que me la paso bien con ellos, siempre lo hago, es algo que solo pueden hacer ellos.

Al día siguiente me fuí de la casa de mi hermano, llegué, me dormí un rato, no sin antes avisarle a Juan y Alex que ya había llegado. De nuevo el sueño tomaba poder en mí, mi cansancio era mucho más, últimamente he estado haciendo muchas más cosas y me imagino que es eso.

Al despertar ni siquiera sabía dónde estaba, parpadee varias veces, recobre sentido, fui al baño y me lave la cara. Comí algo, ya  había oscurecido; tome el teléfono, varias llamadas perdidas de Alex y Daniela. Le mandé un mensaje a Daniela que me encontraba bien, al instante me contestó y que ya estaba apunto de venir por si me había sucedido algo, y quedamos en vernos mañana. Le marque a Alex y contesto.

— Hola, my love. — sonrió.

— Hola, guapo.

— Me había espantado porque no contestabas, pero después me imaginé que estabas durmiendo.

— Estabas en lo correcto. — afirme.

— Te la pasas durmiendo todo el tiempo. — negó mientras reía.

— Tengo que recargar energías. — me encogí de hombros.

— ¿Ya cenaste? — dijo cambiando de tema.

— Claro, ya sabes que yo me la paso durmiendo y comiendo. — le guiñe.

— Tienes razón.

— Alex. — llame su atención.

— Dime.

— Ya te extraño. — baje la cabeza.

— Yo también, pero ya falta poquito para vernos.

— Ya se me hizo una eternidad.

Bien, estaba siendo un tanto dramática, pero de verdad ya lo extraño, ya quiero verlo, me muero de ansias por verlo. Quería abrazarlo, besarlo, tenerlo aquí conmigo.

— No sigas, que tomaré el siguiente vuelo y me importará muy poco el otro.

Me empecé a negar, ya había comprado el boleto, solo tenía que esperar una semana más y ya estaba.

— Puedo soportarlo.

— Veamos el lado positivo, hoy es sábado, casi domingo, a nada de que sea lunes. — empecé a reír.

— Ya casi martes, miércoles, a nada de que llegues.

— Exacto, cada vez menos.

Seguí hablando con él un rato más, ya era tarde, bostezaba a cada segundo Alex y a mí ya empezaban a pesarme los ojos. Nos despedimos y colgamos.

De nuevo me volví a dormir.

.
.
.

Una semana después