Evan lloraba, lloraba en la oscuridad del pasillo siete del piso tres de la biblioteca, sus lagrimas de rabia llenaban sus mejillas y se deslizaban por su barbilla y cuello, hasta caer en su camisa blanca, transparentándose en el proceso.
Evan respiro con fuerza, llenando el lugar de respiraciones, levanto al cara para mirar al inicio del pasillo, Raimon estaba ahí y tenia una vela en la mano como todas las noches, en donde no encendían las luces para no llamar la atención del exterior.
Su mirada no se alejaba de los ojos de Evan, la mirada de lastima de Raimon solo era para Evan, y no se alejaba de ningún punto de el, examinándolo , analizándolo y atesorándolo.
Evan le sonrió a Raimon con tristeza, haciendo que mas lagrimas cayeran de sus ojos, esperado un maldito abrazo de esa persona de manos frías y nariz sonrojada por aquel frío abrazador, vestido con un suéter de lana blanca con el cuello de la camisa por fuera , pantalón de vestir negro y tenis sucios.
Raimon camino despacio y dejo la vela lo suficientemente cerca de los dos para que los alumbrara, pero lo suficientemente lejos para prevenir algún accidente de incendio.
Raimon no lo abrazo cuando se sentó al lado de el, solo tomo su mano, delineando su palma y las líneas que su mano portaba en ella, le quito los cinco anillos que ambas manos portaban, y Raimon los coloco en las suyas, entre sus dedos, de la misma manera en la que Evan los portaba.
Usaba anillos en ambas manos.
Pero en ese momento no le importo el saber el significado de cada uno , o que tipo de idioma eran los grabados, si no el usarlo, por que quería que Evan sintiera lo que el sentía cuando el se atrevía a tomarlo de la mano. Raimon quería que se sintiera de la misma manera que el, que sintiera el mismo amor , la misma amistad y el mismo compromiso de no abandonarlo.
-Estoy aquí...aquí contigo y tus lagrimas.
Evan dejo que sus sollozos llenaran un silencio del pasillo , dejándose llevar por la sensación fría de sus anillos en la mano de Raimon, y por aquella tranquilidad de frialdad que le portaban.
-Estoy tan cansado...tan cansado de no poder llamar a un lugar hogar, no se donde estoy parado y no se donde estaré, me aterra morir siendo miserable y estoy cansado de no poder ser yo con mi familia, y estoy cansado de no poder sonreír de la misma manera en la que sonrió contigo.
Raimon poso su mano derecha en el cuello de Evan, atrayéndolo a el, sintió como Evan saltaba de sorpresa, por que a Raimon eso no le importaba, al menos no en aquel momento, miro los ojos de su Evan, demandando su atención, apretó su cuello con delicadeza, centro su atención en sus ojos, aquellos hermosos ojos grises que lo estaban volviendo loco, esos ojos rojizos por el llanto.
Raimon le sonrió con ternura, esperando que entendiera que todo estaba bien en ese momento, que no había un problema que no se pudiera resolver con algunos tropiezos, y ese era el maldito problema de Evan, el sobre pensar las cosas y el poder dejarse llevar ,era su libertad.
-Quiero un hogar Raimon.
-Lo tienes
-No...un hogar, no una casa.
Raimon atrajo a si a Evan, lo abrazo contra su pecho , acariciando su cabello con la mano que minutos antes se encontraba en su cuello, protegiéndolo de lo que sea que su cabeza le gritaba en su interior.
-Un hogar puede ser cualquier otra cosa, no deba ser un casa Evan...-Raimon acaricio sus mejillas- puede ser Jake, o tal vez Gabrielle o hasta Alexander...
-¿Puedes ser tu?-pregunto Evan interrumpiendo a Raimon.
Raimon se quedo mudo..
-¿Ray-Ray...puedes ser tu mi hogar?
-Si Evy...puedo serlo .
-¿Evy?
Raimon solo le sonrió.
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Pasillo 7 del Piso 3 (EDITANDO)
RomanceSaga Hermanos Black Libro 2 Secuela de Aviones de Papel En el internado había un chico, tenía un suéter de lana y unos audífonos en sus oídos, le robe un poco de chocolate, me miraba con molestia. Sufrió mucho...y no pude evitarlo. Y sentí que se...