Abril 1970

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Evan siempre los veía pasar, todo el tiempo, miraba sus manos juntas y sus labios juntos, observaba en brillo en sus ojos que se formaba en sus ojos por solo ver los del otro, miraba todo el tiempo su brillante sonrisa en la cara y sobre todo observaba como usaban las prendas del otro. Ya fueran suéteres, pulseras o hasta sombreros...pero para Evan eso era demasiado.

Para Evan el dar tus cosas a los demás era un símbolo de amor, sobre todo importancia.

Pero...el ver todo ese amor, solo podía pensar ¿cuando llegaría el suyo?

- ¿Ahora que te pasa?

Raimon lo miraba divertido, ¿como era que una persona se podía perder tanto en sus pensamientos?

-¿Nunca has pensado que estas solo, Ray- Ray?

Raimon asintió con la cabeza.

-Algunas veces, ¿por que?

Evan observo lo ojos de Raimon, pero...¿por que no podía encontrar aquel brillo? ¿que era lo que aquel brillo en los ojos de Raimon era tan diferente a los demás? 

-Es solo que, veo a todos tan felices y enamorados que...

-¿Que?

-Que me gustaría estar igual.

Raimon sonrió con ternura, abrazo el brazo de Evan riendo junto con el después de unos segundos.

-Es una idiotez.

-Claro que no Evan...-Raimon aclaro con rapidez- solo es, ser un adolescente que quiere conocer el amor.

Evan negó.

-¿Seguro que tienes la edad que aparentas físicamente?

Raimon voltio  los ojos.

14/04/1970

Por todos los cielos...¿por que Alexander tenia que comportarse tan adolesentemente? ¿acaso existía esa palabra?

Suspiro de nuevo, tapando su cara con las manos, por la vergüenza, ¿Cómo era posible que aun le siguiera gustando? , habían pasado años, ¡años¡ ¡décadas¡ ...¿por que no solo Alexander la olvidaba?

Su mirada se centro en la linda enfermera sentada en el pasto, comiendo un sándwich tan tranquilamente que, Alexander le entro un sentimiento de envidia, pero aun asi...no se concentro ello.

Se concentro en el hecho de que se veía tan cómoda, tan ella.

Una de las muchas cosas que habían hecho que Alexander se enamorara tan profundo de Gabrielle ,era el hecho de que tomaba millones de decisiones por ella misma, le gustaba llevar el mando en las decisiones importantes, le gustaba sentir que tenia elección.

Vestía un pantalón, se veía realmente feliz por ello, era amarillo y tenia un bordado de flores y usaba una blusa morada...el morado era el color favorito de Gabrielle.

Alexander se separo de la ventana, arrastrándose por la pared para caer sentado hasta el suelo, su mente comenzó a volar, imaginando poder pasar sus dedos por aquella suave piel como cuando era adolescente o poder besar eso labios...¡maldición¡.

Alexander le tenia envidia al sol.

Gabrielle literalmente estaba a veinte meteros de el, solo veinte metros, y aun así  no se podía tomar la libertad de hablar con ella , por que sabia que si hablaba con ella, la empezaría a mirar con esos ojos que el sabia que ponía cuando Gabrielle estaba cerca.

Cerro los ojos reincorporándose, miro por la ventana , encontrándose con esos ojos rasgados que lo desvelaban por la noche, se tomo su tiempo en analizarlos, en analizar aquellos aretes y el cabello atrás de las orejas, de ver aquellas perlas y la blusa morada.

¿Por que parecía que había vuelto a ser un niño?

Habia sido la misma la historia del comienzo, sin hablarse, ignorándose, sabiendo los sentimientos del otro, alejándose cada vez mas , ignorando lo que el destino tenia para ellos.

Y sufriendo internamente, guardándose sus sentimientos , mientras tomaban la mano de alguien distinto. Buscando algún consuelo inexistente en otros brazos, como si aquello diera algún soplo de madurez y paz.


Pasillo 7 del Piso 3 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora