𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 [ Bill Kaulitz ]

𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗙𝗼𝘂𝗿

Capítulo 4: El amor duele.

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Bill ya estaba listo para salir. Él pelinegro llevaba una camisa negra ajustada con un chaleco a rayas verticales, unos jeans celestes tirando a gris, unas zapatillas sin plataforma y de joyería llevaba un collar pegado a su cuello y algunas cadenas.

Caminaba en círculos por su habitación bajo la atenta mirada de los chicos.

- Yo digo que te calmes, Vivienne se mostró bastante tranquila y relajada con nosotros por lo que dudo que esté nerviosa y dando vueltas por su casa.- Dijo Gustav que ya se estaba mareando de solo ver a Bill dando vueltas.

- Sigo sin entender porqué actúas así, es solo una chica que viste una vez.- Tom estaba apoyado en la pared con una expresión extraña.

- Perdón? Estás hablando de Vivienne Laroux, si hubiera una religión de ella yo me uniría.- George miró con falsa molestia a Tom.

- Su música ni siquiera es tan buena.- Respondió Tom que ni siquiera había oído dos segundos de alguna de las canciones de la pelinegra con atención.

- Retractate.- Retó Georg.

Bill no los oía.

- Dices eso ahora, pero cuando la viste le coqueteaste bastante. Yo creo que lo que te molesta no es ella.- Gustav volvió a hablar.

Tom se quedó callado por las palabras de Gustav, quizás tenía algo de razón pero conociéndo lo terco que podía ser Tom no le daría la razón.

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Vivienne caminaba en círculos por la cocina, había preparado de todo al no saber que podía llegar a pedir su invitado. La pelinegra no sabía si a Bill le gustaba más lo dulce, salado, ácido, amargo o lo que sea que exista a demás de eso.

A Vivienne le gusta bromear con que tiene el poder de pensar en miles de cosas para analizarlas y luego frustrarse por todo, definitivamente sería el peor superpoder del mundo.