𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 [ Bill Kaulitz ]

𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗦𝗲𝘃𝗲𝗻

Capítulo 7: Penas del pasado.

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- No pienso alejarme de ti, Vivienne.-

Después de eso pasaron muchos días, semanas en realidad, ambos jóvenes se habían vuelto bastante cercanos e incluso los demás chicos de la banda del pelinegro se juntaban con Vivienne.

- Oye, Vivienne.- Bill llamó la atención de la pelinegra que se encontraba en el suelo escribiendo.

- Dime Lana.- Bill sonrió y negó pues le gustaba el nombre de la chica.

- Quería saber si sabías tocar la guitarra, tienes una muy linda ahí.- El pelinegro apuntó a la guitarra que colgaba de la pared junto a la cabina de sonido.

- No en realidad, las veces que mis canciones tenían guitarra en el instrumental lo tocaba alguien más.- La pelinegra se levantó y descolgó la guitarra.- Aunque me encantaría aprender.

- Ven aquí entonces.- Bill atrajo a Vivienne haciendo que la espalda de la chica estuviera pagada a su torso, la colocó de forma que él pudiera manejar a su gusto las manos de la pelinegra.- Bien, toquemos algo.-

Bill tomó con delicadeza las manos de la chica he hizo que tocara el estribillo de una de sus propias canciones "Pain Of Love", el pelinegro tarareaba la canción en el oído de la chica y ambos cayeron en una extraña atmósfera, Vivienne no sabía si sentía dolor o calor por las dulces caricias que le daba el pelinegro en el hombro mientras movía sus manos por las cuerdas de la guitarra. Los ojos llorosos de la chica, la melodía de la canción y su sensibilidad la hicieron recordar cosas del pasado.

- Lo estás haciendo bien.- Bill habló bajo y le dio la vuelta a Vivienne, encontrándose con el pálido y triste rostro de la joven que solo evitaba mirar al pelinegro a los ojos. - Vivienne, perdón.-

- No te disculpes, no hiciste nada.- La pelinegra se quitó la guitarra del hombro y la regresó al muro.- Hagamos otra cosa, por favor.-

- Vivienne, cuéntame lo que te hace mal.-

- No es nada, ya pasará.-

- Por favor, déjame ayudarte y si no puedo al menos déjame oírte.- Vivienne abrazó a Bill y por esos segundos que se mantuvo aferrada a él se sintió a salvo, protegida y querida.

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