El equipo de Portugal había sido eliminado, después de haber avanzado hasta cuartos de final su esfuerzo se vio torcido, ya no podrían pasar a las semifinales y eso los afectó de sobremanera. Ronaldo estaba decepcionado, su sueño más grande era ganar la Copa, y ahora, todo por lo que estuvo luchando se había escapado de sus manos.
Había dado su mayor pelea, y por lo visto, también la última. Observó el cielo desde la alcoba, inhalando el aire fresco que la noche le regalaba, cerró los ojos y relajo su cuerpo, estaba dejándose llevar por ese pequeño momento de tranquilidad. La tranquilidad que hace mucho tiempo no sentía. —Espero que tú lo logres. —susurró con la viva imagen de Lionel en su cabeza, el argentino que logró despertar tantas sensaciones en él. Aquel alfa con el que había pasado los momentos más felices de su vida, o eso pensaba hasta que conoció a Hernández.
La alegría y esa llamativa forma de desplazarse por el campo lo volvió loco, los ojos oscuros que al ser iluminados por el sol, exhiben el tenue color a aceituna. La sonrisa que se expande por su rostro al anotar un gol y, por supuesto, el sudor resbalando por la piel morena.
Había quedado cautivado por Javi, tanto que ni siquiera le importo cuando Lionel rompió con la relación, el solo ansiaba estar siempre cerca del mexicano incluso si no era de forma romántica.
Pero algo le incomodaba, y eso era su extraña obsesión con el teléfono. Las llamadas que entraban y eran contestadas al instante, cada que le llegaba un mensaje sus ojos brillaban intensamente y sin evitar sonreía directo a la pantalla.
Cuando vio la foto del guardameta, logro entender todo. Los rizos, la piel bronceada, ojos chocolatados y una hermosa sonrisa; eso lo hizo volver a sus años llenos de inseguridad.
Hace poco había vuelto a sentirse insuficiente, pensar que el beta viajó solo para ver al portero, lo torturaba como no tenía idea, aunque claro que lo reconfortó cuando el menor aceptó quedarse en Qatar. Solo para apoyarlo.
Salió de su trance cuando la puerta de su habitación fue golpeada y abierta sin problemas. —¿Por qué no contestabas? Estuve buscandote después del partido y tú ni tus luces.
—Lo siento, quería estar un tiempo a solas.
—Comprendo, —el menor se sentó en la orilla de la cama y palmeó las frazadas, invitando al contrario a tomar lugar. —si quieres podemos hablarlo.
—No tiene sentido, ya todo acabo. —dió un pequeño brinco en el colchón, sentir las calidas manos en sus mejillas lo hicieron sobresaltar. Realmente apreciaba que el mexicano estuviese ahí, su sola presencia lograba cambiar su estado de humor. Su mente se ponía en blanco; lleno de paz y armonía la cual solo conseguía estando cerca del menor.
—¿Y eso que? No me digas que te pondrás a llorar por un jueguito. —las palabras del Chicharito lo sacaron de su estupefacción, puede que tuviera razón, solo se trataba de un simple juego. No, él estaba seguro que era mucho más que eso. —Esta bien, este mundial no fue lo que esperábamos, pero de igual forma no importa. Siempre habrá una próxima vez, es bueno saber perder y otras simplemente ganar. —el de ojos aceituna dejó pequeñas caricias en el rostro contrario, sabía muy bien como calmar a alfas y omegas en diferentes situaciones. Fuera de ser beta, tenía ese toque tranquilizante que solo Dios sabe cómo fue a conseguir.
Cristiano se quedó embobado, admirando cada detalle y escuchando cada palabra suelta por los labios de Javi, ese mismo lugar fue donde se concentró toda su atención. —Vayamos a beber. —dijo sin pensarlo, si no escapaba de ahí en cualquier momento saltaría hacia Balcázar y lo aprisionaría debajo de él. No podía permitirse aquella acción tan baja y animal, él no era esa clase de alfa.
Hernández sabía de los sentimientos del otro, y aunque mentalmente quería darse una cachetada por ser tan idiota y no haberse dado cuenta antes, la realidad es que no podía hacer mucho. El amor que le profesaba a Guillermo aún seguía intacto, no podía darle simplemente alas a su amigo para que después terminara de la peor manera.
Aveiro era muy atractivo, podía tener a cualquier omega, alfa o beta que quisiera y aún así decidió fijarse en un mexicano que no podía superar un enamoramiento de hace más de 15 años. —Es lo más coherente que he escuchado este día. —sonrió vehemente.
Esa noche salieron a hurtadillas por licor, parecían dos grandes amigos que estaban a punto de romper las reglas del colegio. Terminaron empinandose las botellas, el alcohol reaccionó casi al instante y de un momento a otro estaban abrazados, llorando y lamentándose de sus errores del pasado. Riendo en ocaciones y confesando cosas que al día siguiente ninguno recordaría, o quizás si.
Bailaron unas cuantas canciones producto de su alcoholizado sistema nervioso, comieron frituras y concluyeron la noche con un karaoke melodramático, lleno de llanto y balbuceos sin sentido, algunos de estos en idioma portugués.
Estaban recostados, uno colgando la cabeza fuera de la cama y el otro tirado en el piso. El mexicano jugaba con los cabellos del mayor, estirando su mano para poder tomarlos; dos Santos se puso de pie intentando mantener su peso en total equilibrio hasta llegar a su cama. Aún lado se acomodó y colgó su cabeza fuera del colchón tal y como Javier lo hacía.
De manera lenta y pacible busco la mano contraria y la estrechó con fuerza pero sin llegar a lastimar. —Me gustas. —declamó el alfa con el corazón agitado y los párpados pesados.
No recibió respuesta, el beta respiro profundo y analizó bien las palabras que a continuación diría. No quería regarla. —Puede que tú también me llegues a gustar... Solo te pido un poco de paciencia.
No estaba listo para iniciar una relación o algún cortejo, no ahora. Si no quería lastimar a Cris lo mejor era primero desintoxicarse de Guillermo, sacarlo de su mente y corazón, solo así podría aceptar al alfa. Sería difícil más no imposible, y esperaba contar con el apoyo del portugués; lo contempló un rato, detallando cada rasgo del semblante tranquilo con su mirada, una sonrisa enternecida se reflejó en el rostro del mexicano y teniendo cuidado de no despertarlo; jalo al más alto al centro de la cama y se acurrucó junto él.
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Pensé en enfocarme más en el embarazo de Guille pero hasta el último decidí irme por un capítulo especial de cristarito ya que siento que merecen su propia historia, quizás después me anime a hacer una continuidad con ellos como protagonistas.
Bueno, nos leemos pronto. <3
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Goles de rencor (Messi x Ochoa)
Fiksi PenggemarDerrota tras derrota, era lo que obtenía el equipo mexicano en los partidos "amistosos". No hay problema, es solo un juego decían; si bien este no es el caso, había mucho más en juego que las otras veces. El partido estaba por finalizar, la selecció...