◇My Better Sin◇ [Minsung]

Yendo hacia el pecado

-Minho~-Aquella voz dulce que sin pensarlo había extrañado tanto llamó al teléfono en un tono necesitado-Minho te necesito.

-Jisung... yo

-Minho mi apartamento se están inundando y necesito alguien que me ayude a sacar las cosas, eres quien vive más cerca... por favor, no me dejes solo.

-Llego en diez minutos-El mayor colgó el teléfono, mientras del otro lado de la línea Jisung mordía su labio inferior...

Aquello sin duda alguna había sido demasiado facil...Lee había caído demasiado fácil ante sus encantos.

Tomó devuelta el teléfono y marcó a su consejero de confianza.

-Jinnie, tenias razón... ya viene en camino.

-Esta vez no lo dejes ir Han... no dejes que vuelvan a arrebatartelo.

-No lo haré...

~♤~

Aquella llamada de Han había dejado totalmente desconcertado y más que preocupado al pelinegro... eran casi las diez de la noche, mañana debía levantarse a las cinco para atender la misa de las siete de la mañana, pero aquello no importaba, Jisung necesitaba ayuda, su ayuda... lo necesitaba a él.

Y este no se negaría ayudarlo.

Por alguna razón un instinto de protegerlo y no dejar que le pasase nada había crecido en él, Jisung estaba en apuros, podría enfermarse, sus cosas podrían dañarse, a quién engañaba? Umm, a sí mismo.

Pues ningún hombre que se lleve tan mal con su cuñado como él lo hacía, saldría a aquella hora a ayudarlo a la primera muestra de necesidad que este tuviera.

Sabía perfectamente el poder que había adquirido Jisung hacia a él... y no le importaba que lo ejerciera a su antojo.

Estaba caminando más que gustoso a la boca del lobo sin temor alguno a lo que este pudiera hacerle.

Espero unos minutos, tal vez ya era hora de aceptar el auto que sus padres le habían ofrecido, pues en estas situaciones era demasiado necesario... aunque no era como que fuese a salvar a Jisung cada que este le hablaba de aquella forma y decía "por favor"... o sí?

Tomó el taxi dándole la ubicacion que Jisung le había mandado por mensaje al conductor. Las calles ya estaba despejadas a aquella hora por lo que llegó pronto al destino, pago el taxi y corrió hacia la recepción del edificio.

-Buenas noches, vive aquí Han Jisung?

-Usted es el señor Lee?-El pelinegro asintió- piso 5 apto 23... Corra el joven Jisung lo está esperando.

Minho agradeció al guardia y corrió al elevador, colocó en los botones el piso y esperó a que el lento aparato subiera. Las puertas se abrieron y con unos vistazos divisó la puerta de Jisung, caminó hacia ella y no hizo falta tocar, pues esta estaba abierta.

Cerró la puerta tras él, todas las luces del lugar estaban apagadas, salvo una tenue luz roja que era emitida desde la que él suponía era la habitación de Jisung.

Caminó hacia ella y en esta al igual que en el resto de la casa no había un alma... o eso creía él.

La puerta fue cerrada a sus espaldas logrando sobresaltarlo.-No cumpliste tu promesa, Min-Esa voz... esa dulce voz.

El mayor se dio la vuelta encarando al rubio que inexplicablemente se veía aún más hermoso bajo aquella luz roja.

-Dijiste que vendrías en diez minutos... pero no fue así, tardaste mucho... estaba empezando a desesperarme así que hice el trabajo por ti-Con un pequeño empujón hizo que Lee cayese a la cama metiéndose entre sus piernas mientras con plena delicadeza desataba el nudo de aquella bata de seda negra dejando a la admiración del mayor su cuerpo totalmente desnudo.