Lee había empezado a desesperarse, debía hablar con Jisung, esto debía ser una puta broma de muy mal gusto. Estaba decidido a salir y buscarlo, pero la vida parecía odiarlo, pues alguien tocó su puerta. Irritado de todo la abrió de mala gana encontrándose a Beomgyu su otro monaguillo que le acompañaría en la misa de hoy.
–Señor Lee, le buscan en el confesatorio.
–Ahora no puedo niño!–Contestó exasperado notando como el pequeño se asustó.
–Di-Dijo que era urgente...–Agachó la cabeza y por instinto dio un paso hacia atrás.
–Yo... perdón, no quise gritar... ve y dile que espere dentro del cubículo.
El pequeño asintió y salió de su campo de visión.
Lee entró al baño viendo su rostro algo rojo tal vez por el enojo, salpicó un poco de agua en esta para refrescarse y con unas palabras de aliento salió a atender al pobre ciervo arrepentido en busca de "perdón".
Entró al cubículo y se sentó en el pequeño asiento y dio inicio a la sesión.
–En el nombre del padre del hijo y del espíritu santo... cuéntame, que es lo que te agobia–a decir verdad aquel sermón empezaba a molestarle.
–Sacerdote Lee~...
Mierda... esa voz.
–Sacerdote Lee, yo... he pecado.
–Jisung...–El clérigo hizo el amague de salir para enfrentarlo, mas la voz del rubio lo detuvo.
–En serio necesito su ayuda, me estoy ahogando en esta pena y si no lo confieso... no se que pasara con mi alma.
Minho con la respiración a mil hizo un sonido de afirmación, para que hablara... tener al menor a tan solo centímetros de él le estaba haciendo daño, quería confrontarlo, pedirle una explicación, y esperaba profundamente que este a través de su confesión se la diera.
–Sacerdote yo... he cometido adulterio, con el hermano de mi prometida.
Aquello más que una confesión se sentía como un reproche, como si se lo echara en cara... y bien se lo merecía, si asi eran las cosas, ambos había pecado de la mejor manera.
–Y he roto el sexto y noveno mandamiento, sacerdote Lee ...
–Y T-Tú... te arrepientes?
–...No, lo disfruté con todo mi ser, lo haría mil veces más si la vida me lo permitiera...
–Qué te lo impide?
–... Cuentas del pasado que debo saldar... soy un hombre rencoroso, sacerdote Lee, ¿qué castigo cree que merece un alma impura y sin piedad como la mía.–El tono del menor erizó la piel del pelinegro, su voz se sentía tan cerca, como un susurro que no hacía más que alterar las hormonas de Lee.
–Sin duda la oración no servirá de mucho...
–Qué tal el dolor?... el dolor físico me hará recapacitar...
–No creo que sea lo mejor...
–Usted lo hizo!–Acusó–... y ahora quiero ser yo quien llore de dolor hasta sentir que merezco el perdón de Dios... y usted será quien se encargue de ello...
–Qué?
Jisung salió de su lado del confesionario abriendo de un solo jalón la cortinilla que limitaba su vista de la presencia del mayor.
Minho tenía los labios entre abiertos cosa de lo que Jisung se aprovechó, subiendo sin descaro a su regazo y atacando si boca con desenfreno. La cortina fue cerrada esperando que nadie se atreviera a interrumpir la sesión. Las manos de Lee se aferraban con dureza a la cintura del menor temiendo que se fuera. Sus bocas danzaban y los jadeos ahogados se perdían entre en beso...
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◇My Better Sin◇ [Minsung]
FanfictionLee Minho un sacerdote devoto de nacimiento, criado bajo una rigurosa práctica del cristianismo y protector del celibato, se ve envuelto por la lujuria al conocer a Han Jisung... El prometido de su hermana, quien sin creerlo se convertirá en su mejo...