El cuerpo del menor se tensó al escuchar el llamado de timbre tan insistentemente, la excitación de su cuerpo empezó a descender y la verguenza se apoderó de este.
La situación en la que se encontraba era demasiado... intima, morbosa, caliente, pero ahora se veía envuelta por la pena e incomodidad.
Se levantó de su cama tomando sus pantalones y su ropa interio. En todo ese momento el timbre no había dejado de sonar.
¿Quién se atrevía a interrumpir su hora de follar a estas alturas de la noche?
Por la mirilla de la puerta divisó a Mina y pudo sentir como el miedo invadía su cuerpo, corrió a la habitación encontrándose a Minho sentado en la orilla de la cama con la cabeza gacha algo cohibido, parecía reflexionar sobre lo que había hecho.
–Min, necesito que te escondas.
–Qué!? Por qué? Quién vino?–Preguntó el mayor algo indignado levantándose del asiento para encarar a la persona que había tocado la puerta, pero el menor se cruzó frente a él poniendo sus manos sobre sus hombros.
–Min, es tu hermana... debes esconderte–El mayor pareció entender al momento y Jisung le indicó el clóset.
El timbre no dejaba de sonar, Jisung se miró en el espejo de la entrada, se veía horrible, pero no había caso. Abrió la puerta y apenas su prometida lo vio se lanzó a su cuerpo besandolo apasionadamente.
Jisung estaba aturdido, Mina estaba frente a él con los ojos cerrados comiendole la boca desesperadamente mientras lo empujaba hacia su habitación.
El rubio no había dicho una sola palabra, tal vez por el sobresalto de la actitud inesperada de su prometida o por el miedo de que Mina encontrara a su hermano metido en el clóset...
Mina lo lanzó a la cama subiéndose a horcajadas sobre él, Jisung tomó su cintura intentando alejarla, pero Mina lo interpretó como si Jisung quisiera acercarla más, mientras Minho en el clóset que veía toda la escena por las rejillas de la puerta sufria revoltijo por desagrado y enojo en su estomago.
La pelinegra empezó a menearse sobre el miembro de su prometido y fue ahí cuando Jisung pudo reaccionar.
–¿¡Mina qué haces!?– habló exaltado el rubio luego de separarla, notando su rostro lleno de deseo.
–Jisunggie~ ya no quiero esperar más... hazme tuya, ahora.–El rubio se escandalizó al escuchar aquella petición lanzandola lejos de sus pierna y levantándose más que enojado.
–Cómo se te ocurre Mina!? Nosotros no estamos casado... No podemos, es pecado. No voy a estar contigo, no ahora. "Ni nunca"‐ pensó.
La pelinegra bajó la mirada avergonzada, se sentía triste, rechazada y a la vez sin dignidad por haber querido romper uno de los mandamientos que su familia tan arduamente le había enseñado, los ojos de la pelinegra empezaron a picar y los sollozos no se hicieron esperar.
Jisung suspiró incómodo con la situación, no sabia que hacer, lo único que se le ocurrió fue abrazarla para que dejara de llorar.
–Perdón, perdón, debes pensar que soy una mala mujer, una cualquiera, por favor Jisung, no me dejes.
–Tranquila, no pasa nada... lo importante es que no hicimos nada, no pienso que seas una cualquiera, somos humanos y lo entiendo, pero ya pasó, tranquilízate, sí?
La chica respiró hondo y asintió calmando su respiración mientras Jisung limpiaba las lágrimas de sus mejillas, Mina lo abrazó agradeciéndole por ser "un gran hombre", Jisung se sintió la peor escoria del mundo en aquel momento.
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◇My Better Sin◇ [Minsung]
FanficLee Minho un sacerdote devoto de nacimiento, criado bajo una rigurosa práctica del cristianismo y protector del celibato, se ve envuelto por la lujuria al conocer a Han Jisung... El prometido de su hermana, quien sin creerlo se convertirá en su mejo...