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- Sandro, debemos hablar. -Una voz más que reconocida lo llamó por sus espaldas mientras lavaba los platos de la cena, no pudo evitar dar un pequeño salto del susto.

- ¿Hice algo m-mal? -Dudó si hablarle cara a cara.

- Sí... no... no sé. -Eso lo dejó inmóvil y bastante nervioso.

Solía sobrepensar bastante las cosas, sabía que no podía ser el novio perfecto pero trataba de hacer feliz a su amado, en cuestión de segundos todo tipo de suposiciones se hacían presentes.

- Sandro te estoy hablando. -Hablaría más claro el que sería su novio Paolo- Quiero que me respondas con la verdad.

Sólo se limitaría a voltear lentamente, contuvo sus nervios mientras Paolo se le acercaba con un semblante serio.

- Apaga el tubo. -Ordenó el castaño ya que al parecer al pelinegro se le olvidó.

En cuanto lo hizo, la mirada de Paolo seguía allí, más que nervios empezaba a tener miedo y la expresión en su rostro lo demostraría.

- Alessandro. -Ese tono en su voz lo aterró internamente quién comenzaba sudar las manos.

- Amor que p-pas... -Trató de hablar pero el índice de Paolo sobre sus labios lo detuvo.

- ¿Por qué lo hiciste? -Esta vez habló en un tono más desconsolado, lo que hizo que Alessandro casi se le bajara la presión.

- Amor n-no fue mi intención porfavor perdóname... -Alterado tomó las manos del contrario apunto de arrodillarse.

- ¿Qué te perdone? ¿Cómo me pides es-

- Amor te juro que ella estuvo de necia pero yo le dije que no, porque tu eres mi prioridad cariño porfavor no te enoj-

- Espera, cómo q...

- Ella me quiso besar amor, no yo, la bloqueé, me quejé con recursos humanos incluso mañana voy a ponerle una orden de alejamien-

- Wow, ¿qué? -Exclamó Paolo extrañado, safó sus manos del agarre de su novio y cruzó ambos brazos.

- ¿Qué?... -Miró Alessandro aún más nervioso a su prometido, está vez si parecía molesto.

- Explicate.

- M-Me estoy explicando.

- Levántate y mírame. -Ordenó el mayor a lo que el pelinegro le hizo caso.

Se sentía como un perro regañado, lo que hizo que estuviese cabizbajo.

El mayor tomó el mentón del pelinegro e hizo que lo observase.

- ¿De qué hablabas?

- De nada. -Susurró para sí.

- Ya hablaste, ahora me tienes que decir.

- T-Te juro que no era nada. -Rió nervioso.

- ¡Alessandro!

- ¡Ya! una compañera de trabajo le gusto y me besó...

Paolo otra vez se cruzó de brazos y lo miró con una ceja alzada queriendo que le expliquen más a detalle, realmente no se lo esperaba.

- ¿Y le vas a poner una orden de alejamiento?

- Sí, eso dije... -Se rascó la nuca apenado.

Sin moverse, se dispuso a cerrar los ojos y suspirar para calmar la tensión.- Alessandro, realmente te quería decir que Gennaro ya no te dejará más a su hijo contigo, dice que lo dejaste olvidado en la escuela hace una semana y cuando regresó a casa empezó a llorar, desde entonces tiene pesadillas, ahora por tu irresponsabilidad está molesto conmigo.

One shots • Maldini & NestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora