A la mañana siguiente Nakamura se levantó más temprano para asearse y prepararse, pues esa mañana tenía que llevar a los niños de excursión al bosque. Revisó en su cajón en busca de su cadena de oro, sin embargo no estaba allí. Llevó su mano a su cuello automáticamente.
Nakamura: Dónde la he puesto?
Al recordar que se la había quitado la tarde anterior, corrió a su mochila y la vació en el suelo. Pero allí no estaba la cadenita.
Haruna: Nakamura, qué haces?
Nakamura: Mi cadenita... no está.
Haruna: Te la habrán robado.
Nakamura: Oh no...
Haruna: Era importante?
Nakamura: Es el único recuerdo que conservaba de mi madre...
Haruna: Creí que todo se lo había quedado el ogro de tu padre.
Nakamura: Esa cadenita fue lo único que conservé porque me la había dado antes de morir.
Haruna: No sabía que tu madre era cristiana.
Nakamura: Sí... mi padre no lo era, ahí empezó el problema. Y ahora qué voy a hacer...
Haruna: Siempre puedes volver al lugar, quizá simplemente se te haya caído.
Nakamura: Era de oro.
Haruna: Tú inténtalo después de la excursión, nunca se sabe. -se giró en la cama y se tapó de nuevo para continuar durmiendo.-
Nakamura se terminó de preparar preocupada y caminó hasta el colegio. Allí junto a otros profesores, reunieron a los niños y se dirigieron con ellos al bosque. Les enseñaron las hojas, los tipos de árboles, los diferentes habitantes del bosque y cantaron canciones con ellos.
En el momento de la merienda contaron de nuevo a los niños, pero faltaba uno. Los profesores se pusieron muy nerviosos. Un par de profesores y Nakamura se dividieron para buscarlo. Estaban muy preocupados porque eran niños muy pequeños.
Nakamura: Takeshi! Takeshi!
Minutos antes el niño se había desperdigado, se había separado del grupo siguiendo una liebre que saltaba entre los matorrales.
MINUTOS ANTES
Hidan: Estamos de nuevo tras el kyubi?
Kakuzu: Eso parece...
Hidan: Qué obsesión, pero tan bien se esconde ese chaval?
Kakuzu: Es que siempre hay contratiempos. -Kakuzu llevó su mano al bolsillo y sacó la cadena. La observó entre sus dedos.-
Hidan: Qué tienes ahí, viejo?
Kakuzu: Una cadena. Parece de oro, espero que me den una buena suma por ella.
Hidan: Déjame ver... -la observó también.- No me jodas viejo, no me jodas que se la has robado a la monjita.
Kakuzu: Y si lo he hecho qué?
Hidan: Pues que eso es pecado.
Kakuzu: Es pecado también si la mato?
Hidan: Obviamente, pero no lo harás. Porque si nos la cruzamos de nuevo, será mi ofrenda a Jashin.
De pronto las hojas de los matorrales se menearon.
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El sexto corazón. (KAKUZU X OC)
ФанфикShuki en una realidad alternativa, vuelve para dar vida a una historia amorosa con Kakuzu. Él, un criminal que se fuga de la cárcel; ella, una misteriosa y amable chica que se pasea por los pasillos del calabozo llevando comida a los reos. Su simpat...