ᴇꜱᴄᴀᴍᴀ ᴅᴇ ᴛɪʙᴜʀᴏɴ

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A la mañana siguiente Nakamura se vistió y se preparó la mochila para empezar su recorrido. Su compañera Haruna se levantaba más tarde, porque las tareas que se hacían dentro del convento comenzaban más tarde. Nakamura la dio por dormida y caminó hacia la puerta para irse.

Haruna: Nakamura!

Nakamura: Dios! Qué susto. Pero tú que haces despierta?

Haruna: Asegurarme de que no te olvidas del bloc de dibujo.

Nakamura: Qué no me olvido, ya tengo todo en la mochila. Vete a dormir anda.

Haruna: Ve con cuidado.

Nakamura: Si, estás muy preocupada...

Haruna: Qué emoción... 

Nakamura abandonó a toda prisa el convento y se dirigió primeramente al colegio. Allí daría, como cada mañana, clases de dibujo a los niños. Al terminar, les acompañaría al recreo para rezar. Luego, iría al convento de vuelta para recoger la cesta con pan y embutido, y para asistir a las oraciones conjuntas. Se iría al parque tras eso y prepararía los bocadillos con calma, pues hoy no iba con tanta prisa. Finalmente, comería su sándwich en la orilla del río para luego dirigirse al calabozo.

Nakamura: Hola, buenas tardes.

Funcionario: Buenas, Nakamura.

Ella recorrió como siempre los pasillos, repartiendo la comida. Sin embargo al llegar a la última celda, la encontró vacía. Se quedó un poco confundida pero lo disimuló y salió del pasillo. Antes de irse miró al funcionario sin decir nada.

Funcionario: Se los han llevado esta mañana, no tienes nada que temer.

Nakamura: Está bien, muchas gracias.

Funcionario: Gracias a vosotras.

Nakamura salió del calabozo y se dirigió al parque de nuevo. Allí, desmenuzó los bocadillos restantes en trocitos de pequeño tamaño y se los lanzó a los patos.


(unas horas antes)

Kakuzu: -suspiró- Tardan demasiado...

Kisame: La verdad es que si... quizá podríamos tramar algo. Sube a mirar por la ventana esa, a ver que ves. Quizá podríamos salir discretamente.

Kakuzu: Claro, porque es muy discreto el tirar una pared abajo... -Kakuzu se subió a mirar por la ventana desde la que se veía el patio del colegio que había más allá-.

Kisame: Está despejado?

Kakuzu: No...

Kisame: Igual podemos simplemente aniquilarlos, siempre y cuando sean pocos adversarios.

Kakuzu: Son niños. Es un colegio. 

Kisame: Entonces da lo mismo que nos vean, no?

Kakuzu: Hay una chica con ellos.

Kisame: Una profesora? No nos dará demasiados problemas.

Kakuzu: Sí... es la chica de ayer, si habla sería un problema porque ya conoce nuestras caras.

Kisame: Siempre podemos matarla.

Kakuzu: Eso es cierto.

El funcionario caminó entonces hasta su celda acompañado de unos cuantos soldados.

Funcionario: Eh! Sal de la ventana! Recoged vuestras cosas, han venido a por vosotros.

El funcionario abrió la celda y les colocó las esposas. Entonces, los criminales fueron separados y cada uno fue con un grupo de soldados, pues ambos se dirigían a su aldea natal.

El sexto corazón. (KAKUZU X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora