ᴅɪᴀ ᴅᴇ ᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏ

46 6 18
                                    


Nakamura se levantó y sin esperanzas por recuperar la cadenita, caminó de vuelta al convento.

Al volver y desde una ventana cercana, alguien exclamó al verla.

Hidan: Eh, Kakuzu!

Kakuzu: Y ahora qué quieres? Sal de ahí que va a llenarse la habitación de mosquitos.

Hidan: No te matarán los mosquitos.

Kakuzu: No, pero al primero que oiga, yo te mataré a ti.

Hidan: Anda, cállate. Mira quién va por allí.

Kakuzu se unió a su compañero frente a la ventana. Desde allí observaron como la monja recorría la calle corriendo hasta llegar al convento. La vieron entrar, y momentos después vieron una de las ventanas iluminarse. 

Hidan: Nos persigue.

Kakuzu: Qué pesadumbre...

Hidan: Estoy empezando a sentir interés... Eh! Monjita!

Kakuzu: Pero qué haces, idiota? Vas a montar un escándalo.

Hidan: Ehh!

Asustada, la chica salió a la ventana y miró a ambos lados buscando de dónde provenía esa voz. Finalmente fijó su mirada en la ventana de en frente al ver al chico de cabello plateado, ondear la mano frente a ella saludándola. Puso una mueca de miedo y cerró las contraventanas rápidamente.

Haruna: Qué haces, Nakamura? 

Nakamura: Nada...

Haruna: Normalmente siempre quieres dormir con las contras abiertas...

Nakamura: Sí... pero.

Haruna: Hace brisa?

Nakamura: Exactamente.

Nakamura corrió al baño a refrescarse.


Hidan: Se ha puesto vergonzosa.

Kakuzu: La has asustado otra vez... estás tensando mucho la cuerda, idiota.

Hidan: Que ya te he dicho que no dirá nada! Lo ha jurado. No puede abrir el pico, deja que me divierta un rato con eso Kakuzu. Ya que el destino nos la pone en frente constantemente...

Kakuzu: Déjala, olvídate de las monjas ya.

Hidan: Bah! Aguafiestas.


Nakamura se observó en el espejo asustada. Se tocó la piel de la cara, se palpó el cabello bajo el pañuelo.

Nakamura: Qué me pasa? Por qué me están siguiendo todo el rato... Sabrán algo de mí? No es posible... Quizás aquel hombre de cabello negro y largo... el que habló tras mi huida. Quizás venga tras de mi...

Haruna: Nakamura... estás bien?

Nakamura: No es nada, ahora salgo.

Haruna: Estás sudando... -puso su mano sobre la frente de su compañera.- Es por la cadenita? No la has encontrado, verdad?

Nakamura: No... no la he encontrado.

Haruna: Lo siento mucho, pero no puedo dejar que te deprimas por eso... Vayamos mañana al mercadillo de oro. Quizá encontremos una parecida, puede que no sea la de tu madre, pero llevará tu recuerdo de ella.

Nakamura: No es una mala idea, además mañana es sábado, día de mercado.

Haruna: Y tú estás libre, no tienes cole.

El sexto corazón. (KAKUZU X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora