Capítulo nueve

257 34 24
                                    

Miró al rededor, el aire parecía denso, los colores opacos y sus movimientos erráticos.

Jungkook estaba en un rincón de la sala, más pequeño de lo normal. Miró sus manos y pies, parecía estar más cerca al suelo.

Era él con once años.

Escuchó a su madre hablar con la vecina en la sala, ambas reían y compartían historias mientras él escuchaba en silencio todo lo que decían.

—Mira, Jiyu. Estoy vendiendo de esta revista —Comenta la amiga de su madre mientras le pasaba aquella revista con catálogo extenso.

Esta lo recibió tomándolo en sus manos y echando un vistazo rápido antes de dejarlo en la mesa de aquella sala.

—Más tarde la miro.

—Pero me tienes que comprar algo, Jiyu —Advirtió en broma— a Dongyeon últimamente no le va tan bien en la tienda.

—Se van a recuperar, estoy segura —Animó su madre con una sonrisa— Voy a comprar algo de allí, puedes estar tranquila.

Aquella mujer parecía más calmada y sonriente luego de escuchar aquellas palabras.

—Ya hasta mi hijo me está ayudando a vender —Dijo orgullosa.

—¿Tú hijo? —Preguntó con las cejas alzadas— ¿No crees que es un trabajo un poco más femenino?

—No lo creo —Negó con la cabeza— de todas formas a él le gusta ayudarme en esas cosas. Tiene catorce, creo que está bien que quiera ayudar ¿No lo crees?

—No sé. No estoy de acuerdo con que hombres hagan cosas de mujeres, pueden confundirse... Ya sabes —Insinuó— De todas formas, mi esposo nunca deja que Jungkook haga cosas de mujeres y nos ha salido tan recto.

Aquella mujer lució entre incómoda y enojada, frunció un poco el ceño.

Ciertamente estaba cansada de que insinuaran cosas de su hijo solo porque no es tan masculino como la gente quiere que sea. Solo porque le gusta cosas distintas que la gente considera que son para mujeres. Estaba cansada de que en ese pueblo miraran a su hijo como un bicho raro y la juzgaran a ella por dejar crecer a su hijo con total libertad de lo que él quisiera hacer con su vida.

Y era aún más doloroso cuando esas insinuaciones venían de alguien que consideraba su amiga.

—Hasta luego —Se levantó del asiento con el ceño fruncido.

—¿Ya te vas? —Se levantó también Jiyu confundida.

—Sí —Dijo secamente caminando hacia la salida.

La madre de Jungkook detrás de ella queriendo intentar adivinar que había dicho incorrecto para que esta se enojara de esa forma.

—No entiendo porqué te enojas... —Dijo Jiyu aún confundida.

Las voces se fueron haciendo cada vez más distantes, siendo más difíciles de escuchar para aquel pequeño pelinegro.

Jungkook con cautela se alejó de aquel rincón casi escondido en el que estaba. Fue a echar un vistazo a la revista que la amiga de su madre había llevado.

Tomó la revista tímido y comenzó a mirar página por página. Había de todo tipo de cosas; utensilios para la cocina, perfumes, comida, y hasta una sección de ropa. Jungkook se quedó atento a la imagen que aparecía frente a él, había algo que le había llamado la atención.

Escuchó unos pasos acercarse de a poco. Asi que antes de que su madre llegara, arrancó tres de esas páginas y cerró la revista de nuevo. Corrió hacia su habitación con su corazón latiendo fuertemente.

"El camino hacia la perdición" [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora