YooRi y JungKook crecen juntos creyendo que son hermanos, JungKook siempre ha sido diferente en la familia creando algunos inconvenientes, con el tiempo decide investigar un poco más descubriendo su verdadero origen.
YooRi no lo dejará solo y esto g...
YooRi dejó su cabello caer suelto y húmedo por su espalda. Al parecer no había sido la única curiosa, ya que JungKook también había visto de reojo a la joven de rulos bañándose en aquel lago, sólo había alcanzado verla de espaldas, pero fue testigo de la bonita figura que su cuerpo tenía. En resumen, Moon YooRi era hermosa ante sus ojos. Ambos retomaron el camino subiéndose a los caballos, cabalgaron por unos minutos ya que llamó la atención de ambos una carroza sin caballos con una fogata frente a ésta, la carroza parecía tener tiempo allí, del interior salió una mujer anciana con muchos collares, pulseras y anillos.
Era una gitana.
—Buenos días, muchachos—saludó la mujer. Su piel estaba muy arrugada, JungKook se preguntaba si no tenía frío con este estilo de ropa, la tela era ideal para el verano, no para el invierno, ambos chicos notaron a la gitana con pies descalzos en aquella nieve. Su cabeza estaba cubierta por una tela. Tenía cabello recogido en un moño totalmente blanco—Las brujas se levantan de mal humor temprano en la mañana, ¿No? —insinuó burlonamente. Algunas prendas de ropa colgaban fuera de la carroza.
—¿Cómo sabe que...? —YooRi fue interrumpida.
—Puedo sentir tu magia desde aquí, joven bruja—señaló—También puedo sentir tus emociones a flor de piel—su cabeza volteó hacia JungKook—Igual que tú, muchacho.
—Lo siento, no queríamos molestarla. Seguiremos nuestro cami...
—¿Quieren saber que les espera el futuro? —insinuó—Sé leer las cartas de las personas e incluso de las brujas.
YooRi no creía en eso. Algunos gitanos fingían tener la capacidad de ver el futuro mediante las cartas, se burlaban de esas habilidades sobrenaturales que solían tener las brujas. Al final eran simples humanos fingiendo ser superiores.
—No, gracias.
—Yo sí—a JungKook le llamó la atención. Su curiosidad despertó en segundos—Quiero saber mi futuro.
—Oppa—YooRi le reprochó.
—Dejen sus caballos aquí, mis niños. Pasen a la carroza—invitó.
JungKook obedeció y YooRi no tuvo otra opción que seguirlo. La carroza era pequeña para tener tres personas dentro, pero de alguna manera se mantenía calentita. Ambos vieron a la mujer de collares, pulseras y anillos colocar las cartas en medio de ellos. La gitana las barajeó mezclándolas entre sí con manos ágiles para luego, colocarlas boca abajo en forma de abanico frente a los chicos.
—Dime tu nombre, muchacho.
El olor a incienso abundaba en la carroza. Un olor a rosas que a JungKook le encantó.
—Moon JungKook.
—Ese no es tu verdadero nombre.
—¿Disculpe? —YooRi seguía un poco a la defensiva.
El chico miró los ojos de la anciana. Su color era avellana.
—¿Cómo lo sabe?
—Hay una extraña energía emanando de ti, estás confundido sobre tu identidad, ¿No es así? —JungKook guardó silencio sin saber que decir. YooRi a su lado lo miró de reojo sabiendo que era cierto—Te sientes confundido, decepcionado, perdido...y...parece que comienza a despertar un nuevo sentimiento en ti—hizo una pausa—El amor.
El pelinegro se avergonzó. Aclaró su garganta negando con la cabeza.
—¿Cómo hace eso?
—Desde niña tengo un sexto sentido que me permite percibir esas cosas—su voz se había vuelto dulce—Escoge cinco cartas, muchacho.
JungKook miró las cartas frente a él. Escogió las cinco en diferentes lugares, no lo pensó mucho dejando todo al azar. La gitana volteó boca arriba la primera carta.
—Oh, eres un brujo—se sorprendió—Eres muy comprensivo con las personas, estás dispuesto a ayudar siempre y a veces eso te causa problemas—levantó la mirada—¿Me equivoco, jovencito?
—No—JungKook recordó al señor Moon reprochándole por intervenir en sus asuntos con los humanos.
La segunda carta fue volteada.
—Hay magia corriendo por tus venas, pero algo no permite que esa magia salga a flote—YooRi rodeó los ojos y JungKook se mostró maravillado además de esperanzado.
—¿Puede decirme lo que es?
La tercera carta fue volteada. La anciana frunció el ceño sintiendo una vibra oscura.
—Hace veinte años nació un bebé de dos brujos con un linaje puro y poderoso—YooRi puso atención—Ese bebé nacería con una maldición que viene de nacimiento, nadie la colocó sobre el pequeño, es algo que ha nacido con el bebé—JungKook estaba muy enfocado en las palabras de la mujer—No existe modo de romperla, pero puede ser transferida a alguien más.
—¿Enserio? —la emoción de YooRi en su voz fue evidente.
—¿Transferida dice?
Con la cuarta carta la situación se puso más...grave.
—Cuando el niño se convierta en hombre y su corazón comience a latir por alguien más...habrá encontrado a la persona ideal para la transición.
—Espere. ¿Significa que la maldición debe ser pasada a la persona de la cual me enamore?, jamás le haría eso...
—No dependerá de ti, esa persona se sacrificará por ti—corrigió la mujer. YooRi prefería que no siguiera preguntando—No podrás evitarlo.
La última carta iba a ser girada, JungKook la detuvo. Tenía temor de saber más.
—¿Mis padres...aparecerán en mi futuro?
La anciana volteó la carta tardando en responder. YooRi la detuvo de nuevo y miró a JungKook.
—¿Realmente quieres saberlo?, esto...no es nada seguro, sólo es...una gitana jugando con cartas—la mujer sonrió con cierta ironía. No era la primera bruja en decirlo—Oppa, no quiero que te hagas ideas erróneas. Vámonos, ¿Sí?
—Te importa mucho, más de lo normal.
—Debe importarme, crecimos juntos.
—Tus sentimientos también crecieron, ¿No? —la miró fijamente. JungKook observó a ambas enfocándose en las cartas.
YooRi tenía razón, era mejor no saber. Una vez más demasiadas cosas se juntaban enloqueciéndolo. ¿A dónde debía ir?, ¿Qué debía hacer? Una parte le decía que le creyera a la anciana y la otra intentaba convencerlo de que todo era falso.
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