YooRi y JungKook crecen juntos creyendo que son hermanos, JungKook siempre ha sido diferente en la familia creando algunos inconvenientes, con el tiempo decide investigar un poco más descubriendo su verdadero origen.
YooRi no lo dejará solo y esto g...
JungKook había bajado del caballo primero para ayudar a la chica, TaeBin en cambio lo hizo de un salto y el pelinegro fue rápido en atraparla evitando que se lastimara. La muchacha con un leve sonrojo hizo una reverencia.
—Gracias por traerme, joven Moon.
—Sería mejor que no vinieras sola, no es bueno en este bosque—advirtió. Aquella casita se encontraba en medio del bosque con algunos animales en corrales, JungKook identificó cerdos, ovejas, vacas y gallinas. Se podía ver el humo de la chimenea sobre el techo—Entra, está haciendo mucho frío.
—¿Volverá a casa? —preguntó, apresurándose a decir—Sé que no es mi problema, pero sigue siendo mi responsabilidad que nada le pase.
—No es tu responsabilidad, entra.
TaeBin tenía el presentimiento de que no se sentía bien. En el camino había estado callado con cierto aire pensativo.
—¿No quiere entrar un instante?, mi madre no se enojará.
—Es muy tarde para visitas.
—Nunca es tarde para nosotras—sonrió un poco—Mamá y yo solemos acostarnos tarde porque siempre tenemos cosas que hacer, insisto, usted me trajo, es mi deber devolverle el favor con algo caliente para este frío—ofreció—¿Por favor?
JungKook miró a KenJi quien bufó, rodeó los ojos terminando por aceptar. Dirigió al caballo a donde la chica le indicó atando las riendas de la cerca, siguió a TaeBin a la casa encontrando olor a comida casera, algo no muy común en el castillo.
—¿Mamá? —JungKook también encontró todo muy limpio y ordenado. Había unas estanterías detrás del sofá en la pared permitiendo que los libros estuvieran allí, había muchos—¿Mamá? —llamó desapareciendo un momento por las escaleras. El chico escuchaba sus botas crujir sobre la madera, las velas servían de iluminación en la casa.
"¿Así que vive con su madre?"
—¡Oh! —el chico miró una mujer de cabello rizado muy pálida. No era asiática en lo absoluto, sus rasgos la delataban, tampoco había ningún parecido con TaeBin—Lo siento, estaba terminando unas cosas.
—Mamá, él es Moon JungKook, es el hijo de la familia donde estoy trabajando—TaeBin sonó muy orgullosa—JungKook, te presento a mi madre.
—Camille Kim.
—JungKook—se limitó a decir respondiendo a su reverencia—Quise traer a su hija ya que es muy tarde para que esté sola en el bosque.
—Oh, gracias, no sabes lo mucho que me asusta cuando decide no quedarse en el castillo—reprochó mirándola.
JungKook levantó una de sus cejas.
—Cierto, ¿Por qué no te quedas en el castillo?, el personal tiene sus habitaciones...
—Nunca he dormido fuera de casa, me cuesta acostumbrarme—explicó avergonzada—Lo siento. ¿Quieres té?, ahora mismo lo hago.
—Toma asiento, cariño—invitó la mujer. JungKook sin poder negarse obedeció, se sentía un extraño calor allí y no por la chimenea, era calor hogareño—Espero que TaeBin esté haciendo un buen trabajo.
—Ah, sí—sonrió un poco—Su hija y usted...son muy...diferentes, ¿No?, supongo que TaeBin se parece más a su padre.
Camille le regaló una pequeña sonrisa.
—TaeBin no es mi hija realmente.
—¿Qué?
—La encontré cuando era una bebé en el bosque, la habían abandonado durante el invierno—JungKook no salía de su asombro—Me encargué de criarla como si fuera mía. Disculpa, iré a revisar que no haga desastre—se retiró de la sala.
El chico pensativo no esperaba eso. ¿TaeBin era adoptada como él?, pero ella era tan...dulce y amable, ¿Cómo podía ser así luego de ser abandonada en un bosque?, bueno, tal vez la respuesta es obvia, ella no tenía una maldición sobre sí.
Unos breves segundos después, TaeBin colocó una bandeja en la mesita de centro, se agachó para servirle un poco de té al chico bajo su atenta mirada. JungKook no sabía por dónde comenzar. La señora Kim trajo algo de azúcar colocándola en la mesa de centro tomando asiento en el sillón.
—¿Sólo viven ustedes dos aquí? —preguntó mirándolas.
—Sí, mamá suele encargarse de los animales ahora que estoy trabajando—colocó la taza de té frente al chico.
—Quisiera tener una granja, pero por algo se empieza—la señora Kim sonrió un poco—Fue casi un milagro que su familia contratara a TaeBin en un momento difícil.
JungKook probó el té encontrándolo en su punto.
—Sigue siendo un poco raro—la chica se mostró un poco insegura—Se supone que sólo llevaría algunas gallinas al castillo, a veces nos pedían animales, su padre estaba allí ese día, parecía que me esperaba—JungKook tuvo un mal presentimiento—Y...entonces me hizo la oferta, dijo que debía ocuparme de usted, llevarle su comida y ayudarlo en lo que necesitara.
—Por eso no dejo de decirle a TaeBin que debe hacer su trabajo sin quejarse ni reclamar.
La pelinegra forzó una pequeña sonrisa. JungKook no supo que decir bebiendo otro poco de té.
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—Lamento no poder ofrecerle más, joven Moon—TaeBin lo miró subirse a su caballo—Mi madre puede ser muy preguntona, me disculpo por eso.
—¿No te incomoda? —preguntó sin resistirse—¿No saber de dónde vienes?
—Ah, supongo que lo sabe, ¿No? —acarició a KenJi—Creo que a veces me molesta no saber, pero miro lo que esta mujer ha hecho por mí desde que tengo memoria y me siento agradecida.
—¿Por qué?
—Por haberme pedido experimentar lo que es una familia—se encogió de hombros—Espero que llegue bien al castillo—hizo una reverencia respetuosamente—Lo veré mañana.
JungKook un tanto reflexivo asintió. Tensó las riendas del caballo alejándose, sintió la mirada de TaeBin en su espalda por un rato.
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