Capítulo XV - Finale

47 6 0
                                    

Pasé dos días sin dormir a causa de la muerte de Dee Ann. Sentía un vacío dentro, la impotencia de que algo fuera arrebatado de mi vida, sin que yo pudiese hacer algo al respecto.
No tenía las ganas para salir de la cama, o para ir a tomar aire, había sido como si todo se hubiese detenido, y la depresión podía conmigo.

Ya no tenía a nadie. Ni a mis tíos, ni a mi mejor amiga. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que amar a alguien es una cosa muy compleja, y que la primera vez es cuando más doloroso y difícil se torna.
Exactamente eso me había pasado con Dee Ann. La palabra "amar" quizá suene bastante pesada, pero la realidad es que yo la apreciaba mucho. En poco tiempo se había convertido en una parte de mi vida que yo nunca pensé que tendría, que yo nunca pensé que podría causar tanto impacto en mí.

A ella no le importaba mi vida personal, ni la suya, ella sólo estaba conmigo, y eso era todo. No se preocupaba por el tipo de persona que era; vivía a su manera. Era alguien especial, que a pesar de todos sus problemas, se acercaba a pasar tiempo contigo. Y eso era lo único que importaba.

Gracias a ese encuentro accidental, nosotras nos conocimos.Y si no hubiera sido por ese encuentro accidental, yo seguiría sola, o tal vez peor.

¿Si sufrí? Por supuesto que sufrí.
Pero aprendí muchas cosas, y creo que todo lo sucedido funcionó como una enseñanza. O probablemente sólo fue una experiencia, pero no me arrepiento de haberla vivido.

Una tarde, decidí salir a caminar. Pasé por la casa de Dee Ann, fui a su cuarto, leí las páginas de su libro una última vez y me marché. Caminé un rato más sin realmente ir a algún lado en especial, hasta parar en los asientos donde Dee Ann y yo hablamos por primera vez, y vi ahí a un chico, leyendo. Me senté a su lado, y saqué un cigarrillo. Lo prendí, y me quedé observando lo que estaba a mi alrededor. Quise ofrecerle uno al chico, pero se lo veía demasiado concentrado en su lectura.

-Si no dejas eso, te va a matar. -dijo, sin apartar la mirada de lo que leía.

Yo sonreí, y lancé una pequeña risa.

-Una persona que quise mucho, me respondió que si el suicidio era la única opción, uno al menos debía tener la posibilidad de escoger el arma, aparentemente citando una frase de un libro, en este mismo lugar, cuando yo le había dicho que el cigarrillo la mataría.

Fin.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 08, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora