Capítulo 11. Interrumpe una carta maldita

370 43 48
                                    

Aquí estamos, sé lo mucho que les emociona este fic, así que para saber si hay un nuevo capítulo cerca deben saber que voy en orden, primero publico el nuevo capítulo de El mar en la cima, luego aquí y después actualizo Escalafón, asi que si ya salió el nuevo de El mar en la cima deben tener la seguridad de que sigue El revolver bajo la falda, síganme porque pronto saldrá un one-shot, sin más que lo disfruten.

.

.

.

Minneapolis tiene un gran significado para. Lena y Kara, fue el lugar donde hicieron el amor primera vez, aquella habitación del final del pasillo del segundo piso, con un balcón apuntando al sur de la propiedad, que hace que le de el sol todo día, fue el primer rincón del cielo que tuvieron y a regañadientes Lillian les dejó una vez más compatir habitación, en la misma cama...

La siguiente semana conviven más como desconocidos en un hotel que como una familia en la misma casa. Lillian pelea con Kara, ella con Lex que la acusa con Lena, y Lena con todos; los únicos que se mantienen relativamente neutrales son Lionel y Lana que solo sonríe amable. Al menos ven las estrellas como una familia, aunque los desacuerdos se imponen el resto del tiempo. Tanto es así que el matrimonio Luthor decide irse al centro de la ciudad a un ático que tienen, para descansar unos días, y sin esa pretensión social, la sheriff y la cazarecompensas se confinan en su cuarto para liberar estrés.

Es ya media tarde, llevan 8 días en el estado de Minesota, y ya quieren volver, pero Lena no quiere irse sin asegurarse que su padre podrá volver a mover su brazo o al menos caminar correctamente. Desnudas, con el aire de la tarde entrando por la ventana, Kara mira al techo, con su mano izquierda debajo de su cabeza, su mujer se abraza a su cuerpo con una pierna sobre su pelvis y la cabeza en su pecho, tan juntas que limita su otra mano a solamente descansar alrededor de su cintura.

-¿Qué vamos a hacer ahora?- pregunta la mujer acurrucándose en su rubia-. Ya no soy la sheriff de Midvale, y todavía no entiendo lo ocurrió en Carson city ¿A dónde iremos? ¿Y si te pierdo?

Kara solo la aprieta el agarre en su abrazo, sabe que Lena no la está mirando, siente el aliento cálido de su boca en su esternón.

-No voy dejarte por nada, ni siquiera en el peor de los casos, aunque si, creo que nuestra historia terminó en Midvale, podríamos ir a la bahía.

Su amante bufa con poco ánimo.

-San Francisco está lleno de locos que te matarían por una pepita de oro y es a donde huyen todos los criminales que piensan cruzar la frontera.

-Bueno no precisamente a San Francisco, podríamos ir a San Diego, o establecernos en Fresno, aunque sea una ciudad más grande y tengamos que cuidarnos las espaldas o intercambiarte con Dick a Sacramento donde seguramente no podrás dedicarte a la ley, pero Lena- al fin bajando la mirada Zor-El toma el mentón de la sheriff, para poder ver los ojos que tanto ama-. A donde sea que vayamos y cualquier cosa que hagamos, estaremos juntas, yo te amaré, tu me amarás y eso es lo único que importa.

Luthor se incorpora gateando sobre su cuerpo.

-Aquí, hoy, Kara Zor-El le digo al viento y a Dios sobre nosotros, que te tomo como mi mujer, que siempre te amaré, estaré a tu lado hasta mis últimos días.

Sus intensas miradas son preludio de besos aún más cargados de pasión, sin embargo, la cazarecompensas se aleja, volviendo a acostarse, a lo que Lena la persigue, regresando a sus brazos.

-Kara.

-¿Qué?- pregunta la rubia sin mirarla, volviendo a descansar su mano debajo de su cabeza.

-Sabes muy bien que- le reclama haciendo un puchero entre sus senos.

El revolver bajo la faldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora