Capítulo 12. Nace una leyenda

318 46 54
                                    

Muchas gracias por sus comentarios, es un verdadero placer escribir para ustedes, gracias por su paciencia también y publiqué pronto por que el capitulo ya estaba muy avanzado antes de que se me atravesara la idea de La predicadora.

¿Les gustó el capítulo anterior? Yo lo amé, creo que algo que nos gusta mucho a las que shipeamos el Supercorp, es el poder que transmiten, en individual y juntas, son hermosas.

Ahora vamos a desmitificar a estás grandes mujeres, ya saben como soy, lo mejor de construir algo es destruirlo, sin más que disfruten :)

.

.

.

Como nuestra rubia había llegado a convertirse en la famosa Cazarecompensas Kara Zor-El y Lena en La sheriff Luthor era una historia que en una conversación normal no creías.

Es de esos relatos épicos que escuchas junto a la hoguera una noche de campamento, contado por uno de tus familiares más sabios, cuando se es demasiado pequeño y se cree en héroes.

Si, es uno de esos cuentos...

Solo que tiene sus partes feas que ese familiar va omitir y que bueno, también deben contarse para entender como unas mujeres comunes, que se podría decir no tenían nada de diferente a otras de su edad, se convirtieron en leyendas.

Todo empezó con un poco de realidad, luego de que tomaron el ferrocarril de la casa de los Luthor en Minessota y se bajaron en Carson city pues la vía aún no llegaba hasta Sacramento en esos años. Esa semana a caballo hasta el que fuera el pueblo natal de la rubia fue lo más parecido que tuvieron a una luna de miel, hicieron amor bajo el cielo estrellado del oeste cada noche hasta que llegaron a Midvale.

Ahí fueron recibidas por Jimm Gordon en su granja, lugar donde la rubia había residido antes de partir a Europa y él estaba dispuesto a recibirla de nuevo, ahora con su pareja. El hombre que también era el sheriff en aquel entonces les abrió las puertas de su casa aunque odiaba lo que eran, sin embargo, tenía afecto por Kara, así que dejó que la muchacha se siguiera quedando en el granero junto con Greyson mientras a la niña Luthor le hizo compartir cuarto con su hija. La rica familia irlandesa le mandaría una pensión por cuidar de ella.

Eso funcionó, al menos la principio.

Bárbara y Lena se adoraban, al crecer en entornos dominados por hombres, poco convivían con chicas de su edad. En la otra encontraron confidencia, amistad y podían hacer las cosas que les gustaban; a Jimm esto le fascinó, por primera vez en mucho tiempo, desde la muerte de su esposa cuatro primaveras antes, su hija acudió a él para pedirle dinero para ir a comprar vestidos con Lena, como una dama, como las niñas deben ser, eso le alegró el corazón.

En cuanto Kara, por sus preferencias la consideraba un chico y junto a Dick los tenía trabajando en la granja desde que salía el sol y si había algún problema los llevaba de secretarios para que se educaran, los metió en peleas, los hizo regresar solos a casa, les daba dinero para que se emborracharan y aprendieran a beber. Todo con el fin de que se fortalecieran y pese a las duras condiciones del oeste, sin drenaje y sin luz, los cuatro chiquillos eran felices corriendo en las praderas, cabalgando, aprendiendo a disparar.

Por que claro, era inconcebible que siendo criados por el sheriff no supieran de ley ni usar un arma.

Fue poco después de llegar que los conflictos en la pareja aparecieron. Por años Kara no hizo otra cosa que pensar en Lena y viceversa; su romance fue ese fuego que se vive en la adolescencia, pero ya ninguna de las dos era una niña, Zor-El. estaba cerca de los 20 y Luthor solo es 2 años menor. Los desacuerdos naturales de vivir con alguien y compartir espacio diferente al de la infancia por primera vez en plan matrimonio provocó entre ellas cientos de peleas.

El revolver bajo la faldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora