Capítulo 1

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Jimin se giró para ver los bonitos globos, el color rosa era su favorito, por que le recordaba a la goma de mascar y pensó en algo que podría prometerle a su mamá que haria si le compraba uno, tal vez limpiar debajo de su cama o quizás arreglar los zapatos en su armario. Pero sólo se detuvó un segundo y pensó en eso, su mamá se había ido. 

Las lágrimas nublaron su visión y emitió un sollozo aterrorizado, le había advirtidó que podría perderse entre la multitud si no mantenía su ritmo, normalmente, tomaba su mano cuando se encontraban entre mucha gente, pero hoy llevaba una pila de libros y supó que había sido su responsabilidad no perderla.

Pero aun así lo hizo ¿Dónde dormiría? se preguntó mientras miraba nerviosamente a la gente que colmaba las calles. El Festival de las Artes y Entretenimiento había traído gente de todas partes a aquel pequeño pueblo.

Jimin estiró su mano para limpiar sus ojos, para poder encontrar un oficial de policía que le ayudará, pero sollozo y por un segundo olvio su crisis al escuchar una voz.

— No llores, yo te ayudaré.

Frunciendo el ceño, estudió al niño delante de él. Su cabello negro corto y ojos razgados pero amigables lucían preocupados. Jimin jamás lo había visto antes, no iba a su escuela y pensó que quiza tal vez era un turista, sin embargo quienquiera que fuese, sabía que no podía ayudarlo. Era sólo un niño también.

—Perdí a mi mamá —dijo, sintiendo vergüenza de que le hubiera sorprendido llorando.

el contatio asintió y extendió su mano.

—Lo sé, voy a regresarte con ella. Está bien, te lo prometo.

Tragando el nudo en su garganta, pensó  en la oferta de aquel niño. ¿Podría ayudarme? penso, dos pares de ojos buscando un oficial de policía eran mejores que uno, supuso.

—Um, si pudieras ayudarme a buscar a un policía para poder encontrarla estaría bien. —Le sonrió como si pensara que era divertido. No fue una broma y nada de esto era motivo para sonreír.

—Realmente sé dónde está. Confía en mí —Su mano seguía tendida hacia Jimin. Con el ceño fruncido, pensó en todas las razones por las que esto era probablemente una mala idea.

No podría ser mucho mayor que él. Tal vez tenía siete años como mucho.
Pero parecía tan seguro de sí mismo. Además, no era un adulto desconocido. 

"No me secuestraría" Penso Jimin

—Está bien —Respondio finalmente, deslizando su mano en la contraria.

Su rostro pareció relajarse, Jimin esperaba que no consiguiera que ambos se perdieran

—¿Dónde están tus padres? —preguntó, dádandose cuenta de que quizá podrían ayudar.

—Por aquí, en alguna parte —respondió y una pequeña mueca le arrugo la frente—Ven conmigo —Su voz era suave, pero firme. Del tipo que me recordaba la de un adulto.

El pequeño Jimin se mantuvo a su lado mientras tejía una ruta a través de los cuerpos en su camino. este trato de echar un vistazo a la gente mientras se apresuraban, para ver si reconocía a alguien, pero no tuvo suerte.

—Ahí está —dijo el niño cuando detuvo la búsqueda, y señaló con el dedo hacia la acera de enfrente.

Efectivamente, allí se encontraba la mamá de Jimin  y parecía realmente molesta. Tenía una mirada asustada en su rostro mientras se agarraba de los brazos de la gente que pasaba y les hablaba frenéticamente. Jimin se dio cuenta que lo buscaba. Necesitando tranquilizarla, solto la mano de aquel  y se echo a correr en su dirección.

The Devil ; VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora