Zoe escuchó la voz femenina detrás de la corpulenta espalda del hombre y vio que con su mano le acariciaba la cabeza. Él tembló a la vez que cerraba los ojos. ¿Qué estaba sintiendo ese hombre?, ¿miedo?, ¿deseo?
Volvió a estudiar su rostro, sus ojos seguían vacíos, como si estuviera resignado y realmente le fuera indiferente lo que sucediera a continuación. No entendía muy bien qué estaba ocurriendo, ¿acaso ella tenía algo que ver con todo esto? ¿Era la promotora de este caos? No, no lo podía creer, imposible. Y de pronto, por primera vez, vio su verdadera expresión: unos fríos ojos la traspasaban y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Si los ojos de Julián estaban vacíos, los de ella eran siniestros. Daba miedo, mucho miedo. En un momento se había transformado, nunca se hubiera imaginado algo así. En todo este tiempo, no vio nada extraño en su carácter y ahora se dio cuenta de que lograba mentir y manipular de forma magistral.
-¿Qué ocurre, Zoe, tanto te asombra? -dijo Helena con una sonrisa en los labios.
-No... no lo entiendo. -No le salían las palabras.
-No hay nada que entender, mi marido y yo somos un buen equipo, ¿verdad, cariño? -Le acarició el brazo a la vez que este asentía como un autómata.
-Vete preparándola. -Ahora su voz sonó fría, muy diferente a unos segundos antes cuando le había llamado cariño.
Se acercó a Sheila y fue colocándole unas ventosas en las muñecas. Zoe no podía salir de su asombro, necesitaba entender.
-Pero ¿por qué? -preguntó apenas en un susurro.
-Odio que me pregunten por qué, todas hacéis lo mismo -hizo una pausa-, aunque en tu caso, me siento benevolente, por lo que haré una excepción y te lo contaré. Al fin y al cabo, vas a morir hoy.
Zoe notó el calor del miedo en su cuerpo, sabía que hablaba en serio, y también sabía que estaba deseando contarle todo.
-A lo largo de mi vida estafé y embauqué lo suficiente a la gente para saber hacerlo bien. Intenté ser psicóloga, pero era demasiado aburrido, así que al segundo año de estudio lo dejé. Luego pensé que sería fácil hacerme pasar por psicóloga. Puedes encontrar a gente que está desesperada, ya sea en terapia de grupos, en bares, por chat en internet. Soy buena sabiendo quién necesita ayuda. -Miró a Julián.
Este seguía preparando a Sheila, Zoe temía que si le daban una descarga más a esa muchacha, no lo soportaría y moriría en ese mismo instante. Todo parecía tan irreal, no se podía creer que estuviera ocurriendo todo aquello.
-Julián, vete a por la cámara, quiero grabar sus muertes.
Él obedeció y se fue. Helena se sentó en el borde de la camilla en la que estaba Zoe mientras le acariciaba un brazo. Ese gesto hizo que le dieran ganas de soltarse y tirarle de los pelos. Prosiguió hablando:
-Ganaba dinero rápido, me dirigía a personas que sabía que estaban muy mal anímicamente y ellos me llamaban, no tenía ni que poner un anuncio. El boca a boca funciona bien. -Su voz sonaba altiva y orgullosa, estaba disfrutando-. Solo tienes que escuchar a la gente, les das varias instrucciones y van a sus casas a seguir lamentándose. Es tan sencillo... Les haces caso menos de una hora y te pagan por ello, pero también puede llegar a ser aburrido. Necesitan contar sus penas, no te imaginas lo hastiados que están. Por supuesto que, la mayoría de las veces, me imaginaba dándoles de hostias para que dejaran de aburrirme con sus gilipolleces. Fantasear con esa idea me entretenía.
-Todas esas personas te daban igual... -dijo Zoe. No era una pregunta, era más una afirmación. No se podía creer que le estuviera diciendo todo aquello.
-Por supuesto. Tenían una vida tan insignificante... Me hablaban de cosas tan nimias para mí... Que habían perdido un familiar, ¡supéralo, todos perdemos a alguien!; que le había dejado su novio, no me extrañaba, con ese físico; que si habían abusado de él de pequeño, pff, al menos no te habían matado.
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El baile del cazador
Storie d'amoreEsta es mi nueva novela erótica, donde podrás encontrar suspense, baile y romance. Espero que os guste. Publicaré un capítulo a la semana en Wattpad pero está a la venta en Amazon por si alguien quiere leerla antes. SINOPSIS: «Cuando bailo contigo l...