Historias entre sabanas

Día #20

Tema: ¿Hetero? Quizá... No.
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El trabajo era solo eso, trabajo. Nada relevante, le gustaba lo que hacía no iba a mentir, pero ya era estresante la rutina diaria.
Gente que salvar, villanos que atrapar (quizá a veces golpear un poco) y el mismo eco cansado de gente alabando hazañas que ya no lo llenaban completamente.

Entre papeleos en la torre de control y rescates sus vidas se están yendo de a poco, claro que siempre tenía un poco de acción y adrenalina cuando alguna chica con atributos hechos a su medida se presentaba en su departamento, para que con un contrato de confidencialidad firmado sus más bajos instintos se avivaran y tener un buen sexo. Pero ya estaba harto, siempre lo mismo, buscaba esa acción y vivencia que hacía tiempo se había marchado de lo que ya no podía llamar "vida"; Y es que vamos, antes de ser un héroe, no dejaba de ser un ser humano que siente y necesita de esos placeres diarios.. cotidianos, pero sin rutina.

Esa noche tenía una fiesta de la oficina, iban a recibir a Izuku Midoriya quien se había ido al extranjero para una misión importante. Se le hacía raro que lo hubieran invitado ya que normalmente lo evitaban por la relación que tenían en el pasado, la cual podrían definir como pésima. Sin embargo, él ya no era un mocoso, sabía comportarse y si es sincero se arrepiente un poco por ser tan brusco con el joven Midoriya. Pero aún así, se sentía aliviado porque sin decírselo los demás ellos ya habían hablado y limado perezas. Así que obviamente asistiría, solo porque realmente no tenía nada que hacer y admitiéndolo abiertamente quería ver a Izuku, porque lo admiraba como héroe.

Eran las 10:40 de la noche y todos estaban disfrutando la fiesta, algunos bailaban, otros cantaban y aquellos amargados como él solo permanecían sentados a veces riéndose con las estupideces que decía Denki o un tonto Shōto borracho.

Las horas pasaron y no sabe en qué momento decidieron tomar de más y jugar algunos juegos de mesa y algunos que otros bastante infantiles pero con el toque adulto... La fiesta de bienvenida se estaba convirtiendo en una completa locura, y es que a decir verdad mas que una fiesta se estaba tornando en un motel de mala muerte, blusas tiradas por el piso, el sillón ocupado por parejas que necesitaban un espacio urgente para saciar aquello que fingían desconocer, Momo bailando en el tubo para el más joven de los Todoroki's y un sin fin de ex alumnos de la UA que ahora eran héroes ebrios y riendo sin parar por la estupidez que los enajenaba.

Izuku estaba sentado en una esquina, su vista estaba centrada en un vaso rojo y quizá descifrando su debía beberlo todo o ignorar el contenido. Katsuki decidió que sería una buena idea hablar con él sobre algunas cosas que no recuerda ya... y tampoco recuerda en qué momento los afelpados labios del pecoso se unieron a los suyos en un beso profundo y en qué momento habían usado lengua, solo pudo sentir esa adrenalina que hacía tiempo no corría por sus venas. Así que solo siguió y siguió.

Una mano lo guió por el pasillo y mientras más avanzaba más cómodo se sentía con el agarre, lo introdujeron a un cuarto y si es sincero ni siquiera recordaba en qué momento decidió seguir a figura frente a él porque justo ahí no recordaba nada, no podía. O quizá no quería.

Cuando sus pensamientos se despertaron gracias a tremenda mamada, pudo ver los lindos cabellos verdes entre sus manos mientras lo empujaba más y más para que su pene tocara el fondo de su boca, a pesar de las arcadas que soltó, Katsuki no tuvo piedad y menos sabiendo de quién se trataba porque a pesar de todo nisiquiera tuvo la delicadeza de asustarse o arrepentirse, si es sincero esto es justo lo que estaba buscando, algo nuevo y placentero y que mejor que someter al símbolo de la paz.

Izuku se levantó y aunque se sentía un poco mareado, pudo sacar fácilmente su propio pantalón y se hincó en la cama mientras que con una mirada seductora invitaba a Katsuki a que hiciera lo que quisiera con él. Para ser sinceros Katsuki no tenía experiencia con un hombre que sí había tenido sexo anal, así que sabía que hacer y su nueva meta era distorsionar la cara de su pareja sexual en este momento. Con habilidad Katsuki mojo sus dedos con saliva y una vez empapados metió ambos dedos al ano estrecho de Izuku quien se sobresaltó, pero a la vez gimió de placer. El cenizo arremetió contra él y mientras sacaba y metía sus dígitos Izuku era un mar de placer, Katsuki supo que el momento tan esperado estaba cerca así que sacó los dedos y antes de que Izuku pudiera reprochar algo el falo grueso se hundió sin piedad y las estocadas cada vez se volvían más salvajes.
Los gemidos de Izuku combinados con las respiraciones de Bakugou eran música simplemente para los odios del más chico, se estaba excitando de más y sentía que en cualquier momento por fin lograría su ansiado clímax, pero Bakugou tenía otros planes.

—Siéntate aquí...— mientras se quitaba, se acosto en la cama y señaló su pelvis, quería que Izuku lo montara y él estaba dispuesto y más escuchando la voz tan sensual con la que se lo había pedido.

Izuku tomó asiento mientras movía su trasero de arriba hacia abajo empalandoce perfectamente arrancando un gruñido obsceno del más alto. Quien estaba perdido en cada brinco que daba el héroe número uno.

Dios, tenía a su merced al nuevo símbolo de la paz y si es sincero ni en sus más locas fantasías se había imaginado de esta manera, pero es que el algoritmo de su vida era monótona, insípida e insignificante tan solo por describir un poco.
No es que fuera un chico puritano, quizá si podía definir su sentido sexual como alguien heterosexual y entregado a esas bellas chicas que más de una vez tuvo entre sus garras... sin embargo; no iba a fingir justo ahora estaba teniendo los mejores sentones de su vida.

Tal vez nunca fue del todo hetero... quizá sí, pero ahora lo estaba dudando.

Pero había algo más que no lo dejaba en paz, y es que Izuku Midoriya tenía una pareja estable y antes de ello tenía la fama de tener a cualquier mujer que él quisiera porque detrás de esa dulce mirada estaba un completo fuckboy. Las apariencias engañan después de todo.

Pero... ¿Izuku era realmente hetero? Quizá no... lo esta dudando.

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¡¡Heeey, holaaa!! Espero que estén bien, nos leemos pronto. Lo prometo