Día 5

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Charlie vengo inspirado.jpg Jsjsjs
Tema: Bestia
Pareja: Shindeku
A ver qué sale, lo escribí en una hora xd
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La sociedad había cambiado por completo, los mitad humano ya podían acoplarse dignamente en ella. Y había algunos que incluso tenían parejas totalmente humanas.
Tal era el caso del gran "rey de la selva" de pelaje morado y negro, que cuando cambiaba su forma humana se volvía un varonil semental, con su hermoso y pequeño humano peliverde. Quienes ya tenían 6 años de novios y la pasión que emanaban era espectacular.

[...]

La mirada que estaba brindando al menor, que claramente no se percataba de la misma, estaba llena de deseo y lujuria. El pelímorado parecía una total bestia al acecho. El pecoso culo del menor se meneaba al ritmo de cualquier música pegajosa del momento mientras aquella vajilla quedaba reluciente bajo el chorro del agua.
Relamió sus labios y dio otro pequeño sorbo a la taza de café entre sus manos, su mirada iba y venía al ritmo de aquel "seductor movimiento" -¿sería el momento perfecto para atacar?- se preguntaba mientras el pecoso se agachaba para recoger una cuchara que había resbalado de sus manos.

—Shin... shins... ¡SHINSOOO!— gritó el pecoso, sacándole un buen sobresalto al ojeroso.

—¿Qué?— tosió fingidamente —¿Qué pasa, bebé?— sonrió y el menor hizo una mueca de intriga.

—¿Qué piensas? Llevo rato hablándote y tú sólo estás ahí viendo a un punto fijo sin contestar.— dijo indignado, pues según él para su novio sus temas eran banales.

Mierda que apetecible era cuando se enojaba.

Shinso se levantó de aquella cómoda silla y abrazó a su pequeño novio por la cintura, sin contestar ninguna de sus preguntas procedió a juntar aún más sus cuerpos y bajo para posar sus labios en el cuello de su pareja. Deku se estremeció ante el aliento caliente.

—Estaba muy entretenido viendo tan apetecible culo.— se retiró un poco del menor y una sonora nalgada retumbó en la estancia, arrancando un gemido del menor. —Siempre me haces perder mi autocontrol cuando estoy contigo, conejito.— Deku se volteo para poder verlo a los ojos y un destello de lujuria emanaba de él. El mayor dejo escapar un gruñido estremeciendo al pecoso bajo su cuerpo.

Robo un casto beso de sus labios, se retiró un poco y soltó una carcajada al ver cómo la pequeña boca de Izuku seguía parada esperando por más, Midoriya hizo un puchero y cuando estaba a punto de huir fue apresado por el ojeroso introduciendo su lengua en su cavidad bocal, el beso se tornó totalmente obsceno y los sonidos que dejaba salir unido con aquel chapoteo de lenguas retumbaba en sus oídos, cegando todo raciocinio.
Lo cargo al estilo princesa sin dejar libre su boca, su habilidad era magistral por lo tanto no hubo nada que detuviera su andar hacia el cuarto que ambos compartían.

Soltó al pequeño Izuku en la cama, mientras daba un vistazo detallado al jadeante ojiesmeralda. Con solo verlo comenzó a ponerse malditamente erecto, tanto que dolía.

Desde cuando se volvió tan sexy ¡Mierda quiero comérmelo!

Quito cada prenda de su cuerpo deleitando a su pareja y cuando quedó sin nada, bajo su cuerpo pegándolo y frotándose contra Midoriya. El pecoso amaba observar el trabajado cuerpo de su novio, pero aquel pene era un total deleite era perfecto ante sus ojos.

—S-sigo vestido— se quejó, sin enojo, pero sí con incomodidad e impaciencia. Y como si fuera una orden el mayor despojo o mejor dicho arrancó la ropa de su pareja dejándolo sorprendido y realmente excitado. No mentiría le gustaba que su lado sumiso saliera, pero aún mejor cuando Shinso se dejaba llevar por sus instintos.
El rey besó y chupo el cuello del menor tiñendo la zona de rojo y morado, bajo lentamente hasta que atrapó un rosado pezón, pellizca uno y lamía otro sin dar tregua. Izuku ya estaba erecto y ansioso, era el comienzo para volverlo un desastre.
Shinso se apartó bruscamente del menor y se hincó a la altura de su entrada y con su hábil lengua comenzó a lamer la misma, dejando totalmente húmedo todo a su paso, el pecoso se estremecía ante aquel toque, le causaba pena pero no era el momento adecuado para retirar al mayor de su labor después de todo lo estaba disfrutando. De un momento a otro Shinso lamió hasta los testículos y ronroneo ante el gemido exagerado y la forma en que tomó su cabello el menor; y obviamente él quería más, introdujo dos dedos de golpe mientras metía el órgano viril del esmeralda sintió como se estremeció pero los gemidos eran tan eróticos y malditamente fuertes que mando todo a la mierda, sacaba y metía sus dígitos estirando la zona para un mejor acceso.

—Mmmh... m-métemelo ya, por favor Alfa— Izuku sabía cuál era la frase para que su hombre no lo dejara ir y como un hechizo el mayor lo volteó poniendo en cuatro y de una sola estocada entró por completo rozando el punto dulce de Izuku. Era estrecho y apretaba su polla genuinamente, Shinso podía perderse ahí por mucho tiempo y no le molestaría en absoluto.
Las embestidas se tornaban erráticas, sentía como Izuku apretaba señalando cómo estaba a punto de llegar así que se detuvo y salió del él, vio como la mirada llena de lágrimas de placer se tornaba confusa. Se acosto boca arriba e hizo una señal para que el menor se subiera en él y no tuvo que dar una orden exactamente Izuku sabía lo que tenía que realizar, y así lo hizo.
Se penetro así mismo y brincaba en aquella apetitosa polla, llegaba cada vez más profundo y lo sonoros gemidos que salían de su boca evidenciaba el placer que recorría por cada rincón, Shinso apretó sus carnosos glúteos ayudándole a penetrarse aún más.

Ambos sentían cómo alcanzarían el punto esperado, el nudo del mayor se hincha en su interior sintiendo un poco de dolor, pero el placer estaba acabando con todo su ser era inevitable. La cara que brindaba Midoriya era vulgarmente erótica ante la mirada del pelimorado. Y por fin ambos llegaron a la meta final, siendo Izuku el primero y unas embestidas más bastaron para que el mayor alcanzara el nirvana lleno de sensaciones exquisitas.
Ambos suspiraron y se acurrucaron.

—Ah, estoy tan cansado. Vamos a dormir— dio un beso a su pareja y se dispuso a acomodarse para una buena siesta nocturna. Pero sintió como su pareja lo volteaba de nuevo y ahorcajada trepaba, se sobresaltó cuando sintió el pene hinchado del Alfa.

—Conejito, esto solo es el comienzo. Nos queda toda una noche— Izuku ahogo un quejido, claro ahora podía percatarse de algo importante... el celó de su pareja había llegado y que All might lo ampare, porque no cree salir vivo de ese cuarto.

Historias entre sabanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora